▇ 𝚗 𝚞 𝚖 𝚎 𝚛 𝚘 𝙸𝙸

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Sentía la mano de Cellbit en la parte baja de su espalda, tragando saliva, se removió en su asiento, su mente vagaba de un lado a otro

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Sentía la mano de Cellbit en la parte baja de su espalda, tragando saliva, se removió en su asiento, su mente vagaba de un lado a otro.

¡Dios! pedía al cielo que alguien lo ayudara.

Bueno, él se había metido solo en ese problema, por un lado Cellbit que le tomaba de la muñeca mientras lo empujaba a su habitación. Apresuradamente se despidió de su padre y Quackity, cuando sus ojos llegaron a Spreen supo que al mayor no le gustaba nada que Cellbit le tenga apretado a su costado como enseñando a quién pertenecía.

Spreen no dijo nada, sólo subió y se encerró en su cuarto.

-Es hora de irnos a dormir, amor.- susurró Cellbit contra su oído. Un rubor embargo su rostro, pero igualmente asintió. Dejándose guiar por la brusca mano del Castaño, llegaron a su oscura habitación y tragó saliva.

Cellbit se desprendió de su camisa para seguidamente tirarse en la cama, doblar sus manos y colocarlas bajo su cabeza cerrando los ojos, el menor arqueó una ceja.

-¿Cellbit?- preguntó con voz cautelosa, el Castaño abrió uno de sus ojos.

-¿Qué?- Roier casi juró escucharlo pronunciar esas palabras con un gruñido.

-¿Pediste los consejos que te dije?- cuestionó volviendo a cerrar los ojos, Roier se sentó en su cama observándole. ¿Le podía contar a Cellbit que lo hizo? Sí, pero no que los había puesto en práctica, Cellbit le ahogaría en su bañera de seguro.

-No.- pronunció en un murmuro, el Castaño resopló.

-Sabía que no lo harías.- Rodó por su costado dando la espalda a Roier. Jadeó al sentir un dolor en su corazón, Cellbit era tan distante y frío con él.

-¿Sabes? Es difícil pedir consejos sexuales.- Reprochó pero él le ignoró enfureciéndole. -Tú sólo me ordenas, ni siquiera me estás escuchando.- Cellbit ondeó su mano en su dirección, Roier le tomó del hombro bruscamente, Cellbit no podía tratarle así y mucho menos en su propia casa. Cellbit gruñó al ser bruscamente volteado.

-¿Qué mierdas te pasa, Roier?- Grito Roier apretó los labios. Conteniéndose.

-Me tienes jodidamente harto, deja de ignorarme o... -Cellbit le interrumpió.

-¿O qué?- desafió. Roier gritó internamente

-O terminamos.

Cellbit se echó a reír sin gracia.

-No te atreverías. -dijo muy seguro -Ni siquiera puedes estar sin mí veinticuatro horas, deja der ser inmaduro y perder tu tiempo. Sin experiencias no me sirves, si me quieres busca experiencia! Y déjame dormir en paz.- Escupió hiriendo aún más al corazón de Roier.

Tomando sus palabras se paró y salió de la habitación dando un azote a la puerto. Recostándose en ella, suspiró y exhaló, sus ojos estaban completamente vidriosos.

El amigo de papi - Spiderbear/ SproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora