▇ 𝚗 𝚞 𝚖 𝚎 𝚛 𝚘 𝙸𝙸𝙸

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Roier gimió al sentir las gotas frias del lubricante caer en su agujero

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Roier gimió al sentir las gotas frias del lubricante caer en su agujero. Spreen las esparció por el rosado botón admirando la hermosa vista, con su otra mano, desenrollaba el látex sobre su pene, suspirando miró a Roier como esperando que le interrumpiera y que parara allí mismo pero Roier solo se retorcía debajo.

Inhalando deslizó un dedo dentro de Roier, un calor envolvió su dedo y él gimió, lo movió unos escasos segundos cuando otro dedo lo acompañó, quería entrar y ya.

Bajando la cabeza mordió un glúteo y Roier casi gritó por la impresión, riendo apretó la baja espalda de Roier. El presionó su mejilla contra la cama y respiró hondo un par de veces, tratando de aniquilar ese maldito temblor en todo su cuerpo. Ya tenía tres dedos en su interior, quería más. Eso no era suficiente.

Más.

-Spreen...- llamó y De Luque  entendió el mensaje en su estrangulada voz. Él sacó los dedos del sedoso canal. Roier jadeó al sentir un vacío, pero este sentimiento murió cuando Spreen alineó su polla en su entrada, Spreen lubricó su pene envuelto en el preservativo sin dejar de ver al hermoso chico extendido sobre su cama. Guiando su polla, hasta la apretada entrada.

Jadeó con frenesí al sentir como los glúteos de Roier le absorbían y su estrecha entrada.

Roier gimió cuando Spreen comenzó a moverse, a la primera embestida sintió todo su cuerpo vibrar. Su interior se sentía como millones de mariposas revoloteando violentamente, sus dedos rozaban el cielo cuando Spreen dio contra su punto dulce.

Spreen sonrió, sus comisuras ampliándose con cada empuje de sus caderas. Roier jadeó, el ambiente estaba completamente sensible y caliente. Roier apretaba y empuñaba las sábanas bajo suyo, sus gritos acallados por la cama, tomándolo de los cabellos castaños tiró de su cabeza hacia atrás para un duro beso, frío y cruel.

Roier sintió el pecho de Spreen pegarse a su espalda, él quería ver la expresiones de Spreen estando dentro suyo. Incorporándose, apartó a Spreen con un empujón.

Spreen lo miró sin entender. Él cayó sobre la cama, Roier subió sobre Spreen entre sus manos. A horcajadas, alineó el pene de Spreen y se deslizó por él con lentitud sin apartar los ojos de él que abría su boca con gemidos mudos.

Spreen apretó sus dedos en las caderas de Roier, dedujo que dejaría marcas pero no le importaba en lo más mínimo, aún menos quién las viera.

Roier llegó hasta él por otro beso. Su lengua barrió el cuello de Roier, mordisqueó y chupó la hermosa piel, Roier gemía sin dejar de montarlo, bajando y subiendo sobre su pene con los ojos cerrados disfrutando de las sensaciones que él estaba haciéndole sentir.

Observó cómo su pene se perdia dentro de Roier, era el jodido cielo. Con un ángel encima de él, los gemidos de Roier no se escuchaban por la fuerte música que seguía repitiéndose y repitiéndose. La canción, de alguna forma relatando sus atormentados sentimientos hacia el chico montándolo.

El amigo de papi - Spiderbear/ SproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora