22- Cashorrillo

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—Pero que yo no zoy homozezuá ni ná dezo.

—Bueno, ya estamos.

—A vé, es que yo te veo a ti por ejemplo y digo joé, afú, ozú...—se tensó ante la mirada imponente de Chiara—. Vale, me callo.

—A ver, Lucas, que igual eres bisexual.

—¿Bizezuá? ¿Zo qué eh?

Pues nada, me voy a montar una consulta en VillaOT a este paso. Me saldría muy rentable. Con la de gente que estoy sacando del armario... Es que, de verdad, no sé qué pasa en este pueblo. Qué poca información tienen. Normal que estén tan perdidos, pf. Pero ya está aquí la Kiki para abrir las mentes del campesinado. ¡Arriba la Kiki! Joé, se me va.

—Ahhhhhh, po'... iguá zi que zoy bizezuá. Lo que no zé zi er Cris... ¿Un bizezuá puée está con un homozezuá?

—Sí, claro.

—Ahhhhhh... Enga, enga. Pero que yo no viá zalí con eze, ¿eh? Zolo nos liamo'... po'... unas cuantas vece'...

—No entiendo por qué tanta negación, Lucas. Si se ve que os gustáis.

—¿CÓMO QUE ZE VE? ¿TENGO PLUMA?

—No, no tienes pluma. Bueno, sí. Aquí una... —rio, quitándole una de la espalda—. Pero era de la gallinita Diana, que le gusta mucho sentarse en este sofá.

—Joé, Kiki, no mazuste.

—Hay química entre vosotros. Algo especial. Pero no te preocupes, nadie lo ha notado. Bueno, Violeta y Paul... A ver, es que cuando os liasteis en la feria os vimos.

—¡¿QUÉ?! Joé, joé, me cago en dié. Es que iba má' borracho que una cuba. Ofú, ozú, ojú, vaya marrón...

—Pero que no pasa nada, chico.

—¡ZÍ QUE PAZA, JOÉ! Que yo llevo to' la vía diciendo que zi los maricones no ze qué y ara' voy y me lío con uno. ¡ES QUE JOÉ!

—Qué tontería más grande—bufó—. Cambiar no es malo. Sobre todo, cuando es a mejor.

—Güeno, ar meno zoy bizezuá. Medio maricón—cabeceó poco convencido, y Chiara rodó los ojos y se mordió la lengua. Todo para no darle una buena hostia.

—¿Seguimos con el diseño?

—Zí, zí. Amo', amo' ar fotochó. Er logo de la panadería, zí.

Chiara y Lucas pasaron la mañana frente a la pantalla del MAC creando los diseños de las redes de la panadería. La pelinegra les había prometido que les ayudaría a impulsar el negocio a través de internet, así que no le quedó más remedio que aguantar al adolescente hormonado y homófobo...

—Zan zacabó la claze—irrumpió Violeta en el salón de la casa de alquiler.

—Hermanita, tráete unas aceitunita' o argo... No me viá ir pal pueblo enmallao'...

—¿Que qué? Te levanta' tú con tus dos huevos y las coges. Yo no zoy la criada de nadie.

—Güeno, güeno... po' ná. ¡Adió, Kiki, gracia por la claze! ¡Der fotochó y de lo que tú y yo zabemo'...! —le guiñó el ojo, caminando hacia la puerta tras darle un par de collejas a su hermana.

—¡Tú, zagá! —gruñó al ver que se escapaba.

—¡Adió, hermanita!

—¿Qué claze las dao' ar tontajo este?

—La misma que te di a ti—sonrió, abriendo los brazos. Violeta se tumbó sobre ella en el sofá, y Chiara la acogió hasta que ambas estuvieron completamente pegadas.

Girazoles // KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora