Única Oportunidad

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Hace mucho tiempo desde la última vez que Beel estuvo en el infierno, algunas cosas no habían cambiado y no había razón verdadera para hacerle modificaciones a algo que ya funcionaba, lo único diferente era que en cada círculo había un edificio central de oficinas administrativas que llevaba todo el papeleo de cada círculo por individual.

Los demonios que trabajaban ahí ahora parecían asalariados japoneses yendo de aquí para haya como en una empresa humana común, cada edificio tenía departamentos encargados de la contabilidad, aspectos legales, atención a clientes, etc.

Cuando Beel caminaba por el infierno el sistema de gobierno corporativo apenas era solo teoría, ella vivió el tiempo donde todo era una especie de reino feudal como en la época medieval de la humanidad.

Lucifer, Beelzebub y Azazel eran las grandes autoridades y debajo de ellas estaban los pecados capitales que se encargaban del resto del infierno, eran eficientes en su trabajo y leales... A veces, se negaron a aceptar el nuevo modelo de gobierno cuando se dieron cuenta de que pasarían de ser grandes señores feudales a ser supervisores de oficina y al revelarse fueron derrotados y destruidos, muy entre comillas ya que un pecado capital no puede morir, existirán siempre que la humanidad exista.

Justicia y Baphomet escoltaron a Beelzebub hasta la oficina de Lucy en el sexto círculo.

Justicia se para frente a la puerta "Ya llegamos, lista?"

“No”

“Que pena, aquí vamos”

Cuando Justicia abrió las puertas ahí estaba Lucy sentada detrás de su escritorio esperando pacientemente.

“Aquí está Lucy, justo como pediste”

“Podemos quedarnos para ver cómo la despellejas?” pregunta Baphomet

“Gracias chicas, déjenos a solas”

“Pero….”

Justicia toma del brazo a Baphomet “Ya rugiste Lucy te dejaremos lo demás, vámonos Baphy”

“Esta bien ya voy”

Cuando la puerta se vuelve a cerrar Lucy habla.

“Hola hermana, gusto en volverte a ver otra vez, cara a cara”

“El gusto es mío Lucy, algo interesante que contarme?”

Lucy se levanta de su silla y se para al frente de su escritorio.

“Todo este tiempo te estuvimos observando”

“Te gusto el espectáculo?”

“Te hiciste de una nueva vida, tan buena era?”

“Hice muchos amigos, hasta comencé a apreciarlos”

“Ninguno de ellos es eterno como tú y yo”

“Y aún así cada momento con ellos lo habría atesorado para siempre”

“Vincular tu alma con la del humano lo hace inmortal al paso del tiempo, crees que el piense lo mismo que tu, como será cuando todo lo que conoce se desvanezca, los héroes, sus amigos y familiares, todo su mundo, hay seres que no están hechos para vivir por siempre”

“Se me habría ocurrido algo”

“No se te habría ocurrido nada!!, por qué tu no piensas antes de actuar, sabías que incluso para ti meter tu cabeza hasta el fondo en hechicería pagana te volvería loca y que fue lo que pasó?, te convertiste en una monstruosidad que intento devorarnos”

“Porque fuiste tu la que se rindió en la guerra!!, habíamos dicho que pelearíamos hasta nuestro ultimo aliento por la injusticia de ser desplazadas completamente, traicionaste nuestro pacto, cobarde!!”

“Me dices a mi cobarde?!!, y hacer de cuenta que nada paso y esconderte como cucaracha en la tierra no es cobarde de tu parte?, hice lo que tenía que hacer para conservar este reino que tú, Azazel y yo levantamos juntas”

“A ti te parece que esta cueva es un reino?, era la reina de un agujero en el suelo, una humillación a nuestra antigua gloria.

….

“Ya te desahogaste?”

“…. Si, lo siento Lucy yo… en aquel tiempo no pude superarlo, me deje consumir por mi locura y mi irá”

“Siento no haber intentado ayudarte, debí haber visto las señales, yo debí haber hecho más como hermana”

“No importa ya Lucy, está en el pasado”

“De no ser porque Michael se enteró de todo pudimos haber contactado contigo de forma diferente”

Antes de que las hermana pudieran decir algo más las puertas se vuelven a abrir dejando ver tres figuras.

La general Michael, el capitán Gabriel y el más excéntrico de los tres, alguien de la misma camada que Lucy y Beel, su hermano menor Azrael.

“Tanto tiempo sin vernos hermanas mías” hablo el arcángel de la muerte con cierto aire de indiferencia.

Azrael a diferencia de sus iguales en el cielo que vestían con ropas de gala militar usaba un traje de arlequín de color blanco con detalles en azul y rojo, botas de combate negras hasta la rodilla, chaleco táctico de combate negro en su torso, un sombrero con dos grandes orejas terminando en un cascabel cada uno y una máscara de teatro blanca que parecía cambiar su expresión junto a su estado de animo, algo que lo hacia aterrador era que las expresiones cambiaban cuando nadie estaba mirando.

Los extras no van al cielo / extras don't go to heavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora