La princesa cautiva

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Eri había pasado años siendo el sujeto de pruebas de Chisaki, cortada una y otra vez para servir a los planes de aquel psicópata. Destrozada en pedazos para volver a ser reconstruida por la mano de aquel hombre cuya figura se convirtió en una pesadilla viviente.

El dolor que le provocaba ser víctima de la peculiaridad de Overhaul se había vuelto tan común para la pobre niña que ya ni si quiera era capaz de gritar. Aquella habitación en la que estaba atrapada, los experimentos regulares, la desesperanza, todo eso se habían vuelto su realidad, no conocía nada más.

La misma pequeña pensaba que esto era su castigo por lo que le hizo a su padre hace años, a solo sus cuatro años activo su peculiaridad por error y termino rebobinando a su padre hasta hacerlo desaparecer.

Su propia madre la maldijo por eso y la abandono, la dejo con su abuelo el antiguo jefe de los Yakuza, Chisaki uno de sus subordinados más cercanos investigo el poder de la niña por orden de su jefe y descubrió lo que rebobinar podía hacer.

Cuando Chisaki presento su plan a su jefe este solo lo cuestiono en su pensamiento.

*¿Qué crees que son los humanos Chisaki?*

El hombre se había negado a tener que usar a una persona y menos a su propia nieta como no más que una rata de laboratorio.

Fue entonces que el mismo Chisaki se reveló contra su jefe y usurpó el poder de la organización, como el mismo lo dijo, por el bien de su propia supervivencia.

Eri seguía pensando en aquella niña que conoció aquel día.

*No te preocupes todo estará bien*

La sonrisa de esa niña la tranquilizó de inmediato, era como si de ella saliera un aura muy brillante y pacífica.

Eri nunca había conocido a otros niños, sabía lo que eran los amigos pero no pensaba que pudiera llegar a tener uno.

Solo los había visto por shows de televisión, al menos los que los hombres que la tenían cautiva la dejaban ver, esos programas donde los pequeños animales parlantes se divertían jugando todos juntos como amigos, jugaban a la pelota, saltaban la cuerda, fingían ser piratas o astronautas, entre muchas otras aventuras.

*Cómo sería tener un amigo?*, pensaba la niña mientras llevaba puesto el pequeño saco que le habían regalado.


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Krampus se había preparado para todo esto, reuniendo los mejores juguetes que tenía guardados en su baúl y poniéndolos en su saco mágico, salto por la ventana de su habitación, camino hasta un terreno abierto y coloco un pequeño armadillo de juguete en el suelo que creció hasta convertirse en un vehículo excavador.

Con este vehículo hizo un túnel hasta llegar a la base subterránea de los Yakuza.

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Los Yakuza estaban perplejos.

"Una niña?!"

"Con un taladro gigante?!"

"Pero que está pasando?, quién eres?", pregunta Tamaki.

La demonio se golpea el pecho con su puño, "Vine a salvar a la niña de las vendas!"

"Niña de las vendas?, te refieres a la..."

"Pues que otra más?!", grita Krampus al héroe.

Tamaki se cubre la cara con su capucha avergonzado, "me está gritando, que le pasa?"

Krampus levanta una ceja ante la actitud de Tamaki.

"No se quién seas tú niña ciervo pero nadie se llevará el arma secreta del jefe"

Los extras no van al cielo / extras don't go to heavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora