Cap.6

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Después que Ten salió, John continuó sentado, inmerso en la oscuridad, analizando el comportamiento de su esposo. Desde que lo había recibido en Daejeon, había pasado a vivir sólo para esos breves encuentros durante el almuerzo y la cena, aun teniendo conciencia de que jugaba con el peligro.

La verdad era que no conseguía actuar de otro modo. Evitar la presencia de Ten sería como dejar de respirar. A sus ojos, el se había convertido en un símbolo de su propia vida. Si un día él había pensado en cabalgar hasta encontrar la muerte, hoy descubre que quería vivir. A pesar de todo, quería vivir.

La voz suave, el dulce perfume, lo atraían de manera irresistible. Adoraba oírlo hablar, con su modo calmado eficiente, sobre las tareas desempeñadas a lo largo del día. Durante esas conversaciones, casi llegaba a creer que eran marido y doncel y que él era un hombre como cualquier otro. Aunque supiese que sería imposible continuar como estaban indefinidamente, no tenía fuerzas para revertir la situación.

Un golpe repentino en la puerta lo obligó a cambiar el rumbo de sus pensamientos.

-Entre ordenó, esperando ver a Doyoung.

Al percibir que no se trataba de su siervo sino de uno de sus vasallos, se sintió más animado.

En dos pasos largos fue al encuentro del hombre que había luchado a su lado innumerables veces, del hombre que ahora entrenaba a sus soldados y cuidaba de sus tierras, el hombre a quien consideraba su mejor amigo.

-¡Demoraste mucho en venir! exclamó, dando una palmada fuerte y cordial en la espalda de Lucas.

-Por lo visto, demoré mucho. En el momento en que puse un pie en la aldea, me enteré de las novedades de tu casamiento. ¿Qué historia es esa?

-Es verdad que estoy casado. Gracias a una maniobra de Taeil.

-¡Debes estar bromeando!

-¿Y por qué bromearía sobre un asunto serio?

-¿Qué dice tu esposo? ¿El sabe todo?

-No.- Suh respondió secamente. No sabe y no lo va a descubrir.

-Pero cómo lograrás esconder un secreto así? Lucas parecía realmente asombrado.

-Como siempre lo hice. No te preocupes por eso.

De repente él quería que su vasallo estuviese en cualquier otro lugar, menos allí, en Daejeon. También experimentaba un extraño sentimiento de posesión en reacción a su esposo, Qué nadie se atreviera a cuestionar esa unión; ¡ni siquiera Lucas!

En un esfuerzo por controlar su rabia y centrar sus pensamientos en cuestiones más productivas, John cambió de tema.

¿Qué noticias me traes de mis tierras y de mis hombres?

¿Qué noticias me traes de mis tierras y de mis hombres?

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Ten vestía sus ropas más viejas hoy. Tenía mucho trabajo que hacer.

Además, si estuviera bien o mal vestido nadie repararía en eso. Mucho menos su marido. La oscuridad les impedía verse uno al otro. Además si Doyoung no lo acompañase hasta la puerta de los aposentos del barón, ¡podría hacer las comidas desnudo y John ni lo notaría!

Married to the Devil | JohntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora