Prólogo: El poder de un Uzumaki

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Era de noche y se podía apreciar en cierto sector de la aldea escondida entre las hojas, Konohagakure no Sato, como un gran tumulto de civiles estaban persiguiendo con toda su velocidad a un pequeño niño pelirrojo de 5 años llamado Naruto, en la persecución, los aldeanos le decían insultos que podían entristecer a cualquier persona, le decían cosas como "niño demonio", "gaki", "niño Zorro", entre otras cosas, pero, ¿Porqué?

Fácil, el era el contenedor del zorro de las nueve colas, el Kyūbi no Yōko, a este tipo de personas, es decir, a los que contenían a este tipo de bestias con cola se les decía "jinchūriki", este tipo de gente era odiada debido a que cargaban con un grán peso, y lastimosamente eran considerados como armas simplemente y no como personas normales con una vida normal.

Ya con los aldeanos, estos estaban correteando con todo yendo a lastimar al pequeño mientras que el niño solamente corría, corría por su vida e internamente se preguntaba: ¿Porqué? ¿Porqué me pasa esto a mí, porqué la gente me odia, acaso hice algo malo? Eran las preguntas que se hacía el pelirrojo en su cabeza mientras que unas lágrimas salían de sus azules ojos.

Doblando una esquina, el pequeño se encontró de cara con un callejón sin salida, pero este utilizando un poco de su ingenio, se paró en los botes de basura para saltar del otro lado del muro, y lo logró, sin embargo, un kunai que fue lanzado por un Cūunin cayó directamente en el gemelo derecho de su pierna, haciendo que caiga al suelo con un gran dolor mientras que era rodeado por Shinobis de este mismo rango.

Shinobi 1: por fin te atrapamos maldito demonio, ahora pagarás por lo que le hiciste a la aldea hace 5 años.

Shinobi 2: Así es, prepárate porque está vez no está el sandaime hokage para impedirlo.

Naruto: de que hablan, yo no hice nada, yo no les he hecho nada, decía esto entre sollozos mientras le salían lágrimas de dolor.

Otro de los Shinobi agarró de los brazos a Naruto y lo levantó, mientras que el resto de Shinobis le lanzaban Jutsus, kunais y shutiken al cuerpo del pequeño, que poco a poco comenzaba a desangrarse mientras que Naruto solo gritaba y lloraba de dolor. Otro de ellos lo metió en un Genjutsu y le mostró cosas horribles, demonios, bestias y criaturas malignas que lo torturaban, el Genjutsu se sintió como semanas pero en realidad solo habían pasado 10 segundos, así siguieron un par de minutos más hasta que el Shinobi que lo sujetaba lo soltó y lo tiro al suelo y al mismo tiempo que llegaron más aldeanos furiosos, le comenzaron a pegar patadas hasta romperle varios huesos.

En la mente de Naruto había una voz profunda y amenazante que decía: Mátalos, o déjame salir y yo los mato, anda, déjame salir y acabaré con tu sufrimiento. Naruto a los pocos segundos reaccionó, y empezó a sentir como sus ojos ardían fuertemente, como si tuviera un fósforo encendido justo en su pupila. Naruto perdió el conocimiento por los fuertes golpes, y antes de caer inconsciente, sus ojos habían pasado de tener un color azulado que rivalizaba con el del cielo soleado, a un color violeta con unas extrañas marcas en las pupilas.

 Naruto perdió el conocimiento por los fuertes golpes, y antes de caer inconsciente, sus ojos habían pasado de tener un color azulado que rivalizaba con el del cielo soleado, a un color violeta con unas extrañas marcas en las pupilas

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Naruto, cerca de la muerte, había despertado su dōjutsu, el Uzugan, típico del clan Uzumaki que se despierta al estar en una situación cercana a la muerte, adquiriendo distintas habilidades.

En la inconsciencia, Naruto activó repentinamente las cadenas de diamantina, las Kongō Fūsa, otra habilidad de su clan, que, aunque solo la podían utilizar las mujeres Uzumakis, el niño las tenía debido a que su sangre era de la realeza, es decir, su sangre era de los antiguos líderes de Uzushiogakure.

Cuatro cadenas de diamantina o cadenas de chacra, salieron de su espalda, que, a gran velocidad atravesaron a los Shinobis y a gran parte de los aldeanos que estaban cerca, mientras que los otros se alejaron y miraron con horror como del cuerpo del chico salía humo, específicamente en las heridas y sanaba sus huesos rotos y dislocados provocados por el maltrato, los cortes, que parecían demasiado profundas se cerraban lentamente, al mismo tiempo que Naruto se ponía de pie y recuperaba sus fuerzas.

Aldeano x: ¡ALEJATE MALDITO DEMONIO, NO NOS ATAQUES!

Naruto ignoró al aldeano mientras que alzaba la vista, dejando ver sus ojos ahora violetas, viendo fijamente a los aldeanos, con una expresión fría y sin emociones junto con una mirada que prometía mucho dolor y sufrimiento, al instante, Naruto sin saberlo liberó un gran instinto asesino, que inundó el área con un aura atemorizante, los aldeanos que estaban más cerca del chico se desmayaron del miedo, otros empezaron a jadear y se paralizaban, mientras que los más apartados huina despavoridos y con temor de las cadenas y de Naruto. Al mismo tiempo, las cadenas rodearon el cuerpo ya curado del niño y apuntaban fijamente a los aldeanos, la punta de estas cadenas era como la de un kunai, filosa y puntiaguda, cosa que puso a temblar a los aldeanos, los desafortunados que no huyeron fueron atravesados rápidamente por las cadenas haciendo, un charco de sangre gigante al rededor de Naruto, aunque su ropa ya estaba manchada por la sangre de los shinobis.

Naruto poco a poco recupero la conciencia, a la vez que sus cadenas se introducían nuevamente en su espalda, pero sin desactivar el Uzugan. Naruto analizó lo que tenía a su alrededor y lo que había ocurrido, hasta que al fin pudo reaccionar y dijo, con una voz fría y sin emociones

Naruto: e-esto, ¿esto lo hice yo, yo maté a toda esta gente?, se preguntaba en susurros para si mismo mientras que veía sus manos sucias de polvo, sus brazos manchados con gotas de sangre y su ropa casi completamente bañada de esta. A lo que esa misma voz, que le dijo que asesinara a todos le dijo: Así es mocoso, fuiste tú, después me agradecerás por haberte salvado la vida.

Tres Anbus que habían presenciado sorprendidos la matanza del pequeño niño, desde el techo de un local estaban interesados en ver el siguiente movimiento del chico, no obstante, Naruto cayó al suelo inconsciente, por los golpes y por el uso excesivo de chacra que utilizo corriendo de los aldeanos toda la tarde, dicho acto tranquilizó y preocupo a los Anbus, que se llevaron a Naruto lo más rápido posible al hospital más cercano.

Ellos sabían que lo tratarían mal ahí también, pues era odiado por toda la aldea, gracias a que los ignorantes de los aldeanos no sabían diferenciar entre un kunai y un pergamino, a demás, al pobre chico lo habían expulsado del orfanato a los 3 años de edad, y si, era huérfano, ya que sus padres murieron en el ataque del zorro, de echo, su madre era la anterior contenedora del Kyūbi, Kushina Uzumaki, y su padre, el yondaime hokage, fue quien lo selló en el, esto no lo sabian estos Anbus, debido a que el secreto de sus padres era de clase s, así como decir que Naruto es el jinchūriki del Kyūbi, eso es un crimen y se pagaría con la decapitación. Sin embargo, con la presencia de los Anbus ahí, los doctores se frustrarían, pues no podrían hacerle lo que ellos quisieran.

Anbu 1: Vaya, que lastima que no pudimos sacarnos a tiempo a esos shinobis tarados.

Anbu 2: así es, pero, a pesar del maltrato que sufrió, mira el lado positivo, el chico despertó las técnicas de su clan, por ende se hizo más fuerte.

Anbu 3: si hubiéramos llegado a tiempo, esto no hubiera pasado, el sandaime nos va a castigar.

Esto lo decía, sin saber que el tercer hokage, Hiruzen Sarutobi había visto todo desde una bola de cristal, con impotencia, pero también con satisfacción y curiosidad del poder que demostró Naruto, y un poco atemorizado por la masacre de este mismo.

Hiruzen: vaya Naruto, lo siento mucho por no haber ayudado en esa persecución, pero vaya que tienes un grán poder, seguro serás un legendario Shinobi como tú padre.

Fin del prólogo.

Naruto, El último UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora