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— No me importa el precio, di una cifra y eso será lo que pagaré, pero a cambio me llevaré a Félix. — Kyungho dijo con una voz seria que delataba que lo que estaba diciendo no era alguna clase de broma.

Cuando la mayoría de clientes se habían ido, incluyendo a Doyun él se encargó de poder hablar en privado con Lee para cumplir con su palabra.

— ¿Me estás comprando a Félix o estoy entendiendo mal? — dijo con una confusa voz. Nunca había pasado eso en los muchos años que el lugar estaba en funcionamiento.

— Bueno. Creí haber sido claro, pero sí, te estoy ofreciendo la cantidad de dinero que gustes por uno de tus omegas.

— Mira Hwang, sé que eres muy buen cliente, pero no están en venta, en especial Félix, él es al que más dinero le saco al día.

El mencionado suspiró antes de poner una gran maleta en el escritorio haciendo que Lee abriera un poco más los ojos. — Un millón es lo máximo que te ofrezco.

— ¿Wones?

— Dólares.

Al ver tal cantidad de dinero en su mesa no pudo evitar pensar en lo mucho que haría con eso el día siguiente. Pero también pensó en las perdidas que tendría el lugar, muchos iban exclusivamente buscando tener un turno con Félix, ya que su agenda, aunque él mismo no lo sabía, era muy apretada y cotizada con personas esperando meses solo para pasar unos miseros minutos a su lado.

— Hoy no haré lo que me pides, Félix es una pequeña mina de oro y eso que aún solo ha tenido un trabajo pesado. — con trabajo pesado se refería a tener relaciones con la persona que lo había contratado.

— ¿Crees que no lo sé? — el tono del alfa ahora era más agresivo, pero tenía que calmarse. Él era de los que todo lo que prometía lo cumplía y no pensaba dejarse doblegar por un omega como ese. — Tenemos que llegar a un acuerdo. No me pienso ir de aquí hasta tener lo que quiero.

Minseok sabía que los alfas siempre eran testarudos así que se quedó pensado hasta que una idea se le ocurrió. — Te puedo ofrecer algo... No te daré a Félix, pero cada vez que quieras lo tendrás exclusivamente para ti, a la hora y momento que se te de la gana. — volvió a poner esa sonrisa en su rostro y pocos segundos después Hwang se la devolvió.

— Nos estamos entendiendo... Acepto. — dejó la bolsa en la mesa y empezó a salir al bar donde el olor a alcohol caro llenaba sus fosas nasales. — Pero el servicio no es para mí, es un regalo para Min Doyun, tenlo en cuenta, omega.

— Un placer hacer negocios contigo. — dijo alto. — Imbécil. — murmuró cuando ya no lo podía ver.

Ahora lo único por lo que tenía que preocuparse era en como gastaría tanto dinero, era obvio que era en efectivo para que las tarjetas del hombre no reflejarán ninguna transacción a un lugar como ese. Pero eso no le importa en lo más mínimo. De hecho, sabía que su hijo estaba casi muerto a tan solo unos cuartos de distancia y no tenían ninguna intención de saber si seguía respirando.

(...)

¿Cuánto tiempo había pasado?

No tenía idea.

Solo sabía que no había sido poco. Era algunos años mayor que cuando empezó a vender su cuerpo por completo. Aproximadamente tenía 19 años, según él, y por las cicatrices ya curadas de muchas marcas de golpes o cortes que algunos alfas desenfrenados causaban cuando se metían con él.

Quería pensar que estaba bien, que era feliz, cuando no estaba en el burdel cocinaba platos sencillos, cuidaba del diminuto jardín con un par de flores que estaba en la puerta trasera o estudiaba de forma autodidacta con los libros que algunos de sus compañeros omegas le entregan porque los habían conseguido gratis en algún lugar. Porque, claro, a todos se les permitía una salida a la semana menos a él, porque sabían que nadie iba a intentar huir excepto Félix.

Singularity [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora