CAPÍTULO 79: VIENDO AL ALMA QUE ESTÁ EN EL INFIERNO

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[DOCE AÑOS ATRÁS: RIKURAKU NO KUNI – OTOGAKURE]

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"¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!" – El movimiento de múltiples espadas de madera se vieron en un amplio campo de entrenamiento tras una gran casa de madera.

"¡Shien, no bajes tu movimiento!" – Sasuke exige.

"¡Si, otō-san!" – Un niño de unos 5 años exclama con nervios, mostrando que se le dificultaba usar el arma de madera.

Sasuke camina entre los varios niños de entre 4 a 7 años. Él mira levemente a una de las niñas que hacia un perfecto movimiento para su corta edad. – "Sigue así, Majo..."

La pequeña Majo sonríe levemente mientras les saca la lengua a sus hermanos, pero su padre la golpea con una espada de madera, haciendo que vuelva a la posición correcta. Majo no hizo ninguna queja del golpe ya que sabía muy bien como reaccionaria su padre.

Sasuke mira a cada uno de los niños agitando sus espadas, pero cuando vio sus ojos se veía levemente fastidiado. – (¿Cuándo despertaran el Sharingan...?) – Él se preguntaba, estando fastidiado de que no sea un procedimiento rápido y controlado.

"Eh... esto... Sasuke-kun. Creo que ya deberían descansar... Hakamori casi se está desmayando." – Una adulta Karin señala con nervios.

El pequeño hijo de Kurotsuchi casi parecía estar por vomitar por el arduo entrenamiento, no es para menos, él es uno de los más pequeños.

Sasuke suspira cansado. – "Se supone que es hijo de una mujer fuerte..." – Él murmura, haciendo que Hakamori baje levemente la cabeza con pena mientras uno de sus hermanos se le burla. – "Sera un descanso de 10 minutos... si es antes, mejor..."

En ese momento se animó uno de los niños, realmente el más resaltante u molesto ante los ojos de Sasuke.

"¡Kā-san!" – Un pequeño, el único que no nació con cabello negro sino con un vivo rojo abrazo a Karin.

"Hola, Eiya-chan... ¿Qué tal el entrenamiento...?" – Karin sonríe levemente con calma mientras acaricia su cabello.

"¡Muy bien! Otō-san nos está enseñando a usar una espada." – Eiya sonríe ampliamente.

(Esa actitud... realmente parece que esa sangre viene con idiotez incluida...) – Sasuke piensa con molestia. Él mira el cabello rojo.

Karin se lleva al alegre Eiya a que coma uno bocadillo y que se relaje por al menos 10 minutos de su arduo entrenamiento mientras que algunos de los niños lo miran.

Una pequeña Sarada mira hacia su padre y lo nota hablar con su madre... parecían no muy felices. – (¿Qué les pasa a otō-san y okā-san...?) – Sarada se pregunta para sí misma mientras arrastraba su espada de madera.

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[DOS AÑOS DESPUÉS]

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El sonido de espadas de madera chocando resonaban en el campo. ¿Los oponentes? Pues esos eran Yamihiko, el hijo mayor de Kurotsuchi y uno de los mejores hijos de Sasuke. Él se enfrentaba a Eiya, él cual, aunque mostraba un gran nivel en la espada, su hermano lo superaba en todos los demás aspectos.

"¿Qué pieza, Ōnoki-dono...?" – Sasuke cuestiona.

Ōnoki se acaricia la barba. – "Definitivamente un buen nivel para un niño de 9 años, claramente con habilidades prodigiosas, pero creo que aún falta..." – Él menciona.

Sasuke alza una ceja. – "¿Yamihiko aún no tiene el nivel? Estoy seguro de que alcanzo el nivel que tuvo mi hermano a su edad..."

Ōnoki niega. – "Me confundes, Otokage... Yamihiko está perfectamente, hablo del otro..." – Él señala a Eiya. – "Aún le falta."

Naruto: Lo que hay más allá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora