La propuesta.

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Durante el último mes estuvimos hablando y fue magnífico. Sentía que la conocía más y cada cosa nueva era mejor, a mí me encantaba. En tan pocos días fuimos tan unidos que cada día esperaba ansioso su mensaje, y pude darme cuenta que ella también lo esperaba ansiosa.
   Era lunes por la mañana y estaba emocionado por verla.

- Buenos días - saludó mi madre al verme.

- ¿Qué traes que te veo tan feliz? - pregunta Rafael arqueando una ceja.

- Nada, nada - respondí nervioso, ¿En serio se notaba?

- Ah, ¿Estás emocionado de que por fin verás a Victoria? - preguntó con tono de burla.

- No - dije, no lo miré y me senté a la mesa.

- ¿Crees que no me he dado cuenta que has estado hablando con mi mejor amiga? - musitó y lo miré.

- Sólo somos amigos - contesté inseguro.

Alzó los hombros, aunque indigado por mi respuesta pero no siguió más con el tema y lo agradecí.
   Terminamos y por fin, alguien tocó la puerta. Al oírlo, mi estómago se revolvió, estaba nervioso pero emocionado y me gustaba. Abrí la puerta y era Victoria; la miré encantado, siempre hermosa.

- Hola - saludó sonriendo.

- Hola - repetí devolviendo la sonrisa, me derretía.

- Bien, vámonos - indicó Rafael tras de mí.

Rafael y Victoria iban delante de mí, pero no quitaba mi miraba de ella; me encantaba verla, tan atenta en todo su alrededor. Rafael no paraba de hablar y contarle cosas mientras ella lo escuchaba y de vez en cuando me aventaba miradas pasajeras, me sonrojaba pero no me importaba, me gustaba de verdad.
   Llegamos al colegio y como siempre mi hermano se adelantaba con sus amigos, agradecido estaba porque esos minutos caminaba a lado de Victoria.

- ¿Cómo amaneciste? Ya no pude responder tu primer mensaje de "buenos días" - rió - Se me estaba haciendo tarde.

- No pasa nada, amanecí bien - dije. Me miró tan linda.

- Bueno, ¿Seguimos hablando por mensaje? - preguntó una vez llegando a nuestros salones.

- Por supuesto.

Y sonriendo, entró al salón. Fui directo al mío que sólo estaba a unos pasos y entré. Vi a Dimitri que ya estaba mirándome directamente, emocionado por saberlo todo.
   Llegué a mi asiento y de inmediato Dimitri empezó a preguntarme pero yo me limité a tomar mi celular.

- ¿Qué pasa? Cuéntamelo todo - estaba emocionado.

No respondí, sólo quería mandarle mensaje.

Yo: Que tengas una linda clase.
V: ¡Gracias! Igual tú.
Yo: Nos veremos en el receso.
V: Con gusto estaré contigo.

Me sonrojé y miré a mi amigo, que ansioso esperaba una respuesta.

- Creo que nos gustamos - dije alusinado, no sabía con exactitud, pero decirlo me encantó.

- ¿Y cómo has llegado a esa conclusión?

- Nos texteamos todo el día y cuando va a mi casa, nos pasamos la mayor parte juntos. Inmediatamente que no nos vemos, nos mensajeamos. Ella de vez en cuando se sonroja pero no le da pena, me mira serena - suspiré -. Estoy seguro que le gusto.

- Claro que le gustas, ahora veo que me has cambiado por ella - bromeó.

- Por supuesto que no, tú te sientas con nosotros.

- Pero parece que sólo están ella y tú - dijo indignado.

Reí y rió conmigo. En ese momento entró la profesora de Inglés. Inglés en la mañana no estaba tan mal, pero mi mente estaba en otro lugar, no impedía a mi mente de vez en cuando pensar en Victoria, estaba seguro que le gustaba, me daba tantas señales que me permití ilusonarme.
   Por fin sonó la campana, después de unas horas. Salimos de inmediato y ella ya nos esperaba en una mesa en el comedor. Nos sentamos con ella, nos pusimos a platicar, reímos de todo, y la pasábamos muy bien los tres. Ella me miraba tan pasiva que se sonrojaba y bajaba la mirada un tanto apenada. Terminó el receso y regresamos a los salones. Entró Dimitri dejándonos un momento solos.

Siempre fuiste tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora