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—Tu pelo, huh... —Ragatha insistía con acomodar sus 2 mechones que tenía en la frente, pues al menos en su opinión se veían desarreglados y necesitaba con ansias acomodarlo para matar su necesidad floreciente.

Canonicamente, ningún personaje puede quitarse su ropa, está unida a ellos, prácticamente pegada; pero Pomni era una enorme excepción en color rojo, podía sacarse el sombrero a voluntad propia. Únicamente eso, por lo demás, de tanto golpearse a sí misma y arañarse descubrió y dejó en claro ese detalle.

Aunque, es algo que ella no sabía del todo, siempre jalaba de los 2 extremos adornados con un cascabel en cada lado color dorado, de esa forma desquitando sus nerviosismo.

—¡Ragatha...! —Pomni plantó su cuerpo intentando verse molesta, pero por el contrario solo logró sacarle risas a la mayor.

Por mucho que se parase totalmente erguida, sacara su pecho más adelante y tratase de mantener una cara neutral o con el ceño fruncido, Ragatha aún intentaba pasarle la mano por enfrente.

—¡Ya! —empujaba sus brazos, aunque ya en vez de ser una necesidad para la pelirroja, se volvió en una travesura. Molestaba a propósito a la bufón, sabía que le fastidiaba el contacto físico aunque siempre fue bastante permisiva con ella—¡Estoy bien, déjame!

La verdad, Pomni no tenía mucho que arreglar, su pelo no podía desarreglarse como tal, así que Ragatha únicamente estaba haciendo berrinche.
Tras unos pequeños empujones, risas y carcajadas por parte de Raggs y una enfadada Pomni gruñendo y dando manotazos, finalmente la muñeca de trapo decidió tomar por completo las riendas.

Acomodó una mano sobre la mejilla colorada de carmesi, la piel tan pálida de Pomni se veía fría a comparación de lo que simulaba el mundo artificial en el que estaban, estando así, Pomni se calmó drasticamente, por no decir que quedó lagueada al recibir tanta información visual y física de golpe.

Ragatha agachaba su torso para estar cerca suyo, su mano la tomaba delicadamente pero con firmeza, tan solo dejó caer levemente su rostro contra ella.

—Déjame... Uh —balbuceó Ragatha, embobada por la bufón y su pequeño detalle de haberse dejado por completo, incluso acomodando su rostro contra su mano.

Las emociones humanas eran complicadas. Complejas y su vasta variedad le dejaban cederle comprensión a Caine por no poder controlarlas desde su posición. Algo tan simple como tomar la mejilla de otra persona puede volverse algo incómodo, ofensivo o humillante, del mismo modo puede tomar una perspectiva extremista como terminar viéndolo tierno, romántico y halagador. El que adquiera un significado lleno de amor y gratitud es sorprendente, puesto a ser una acción tan simple. De todos modos, que lleve consigo una carga emocional tan profunda entre ellas nos no era sorpresa.

Tuvieron una conexión más íntima, extremadamente íntima en estos días. Ragatha siempre le expreso cariño, cuidado y cierto sentimiento algo nublado de protección, ya que sabía disimularlo bien, pero siempre estaba pendiente de su pequeña bufón, regañandola por sus pequeños tropiezos fisicos; a pesar de no poder lastimarse como tal.

Pomni siempre se sintió acompañada a su lado, felizmente aceptaba aquellas acciones algo cuestionables de su parte, le daba vergüenza admitir que le gustaba más de lo normal. Su mejor amiga siempre le dió un apoyo incondicional en sus momentos más vulnerables, pocas veces sentía miedo por el qué pensará, le daba igual en ocasiones, demostrando una enorme comodidad a su lado.

Incluso después de haberle "peinado" y apartando su brazo, seguía casi agachada, mirandole mientras ambas reian por los nervios.

La pelirroja se quedó sonriendo por segundos, antes de atender al llamado ajeno de una voz proveniente de sus espaldas.

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