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Después de ese día todo cambio, como si hubiera sido el ultimo paso para que su cercanía fuera totalmente indestructible, donde estaba Kuku estaba Blas, donde estaba Blas tenia que estar Kuku, muy rara vez no se veían dentro de las 24 horas. Se había vuelto rutinario ir a la casa del otro, porque si. Bastaron solo 3 o 4 días mas para que el ruloso conociera el departamento del rubio. Ya habían dormido en el lugar del otro, comían juntos la mayor parte del tiempo y salían, salían mucho juntos, incluso el rubio se había soltado mas con el grupo de amigos del menor y con Enzo, quienes organizaban salidas entre todos muy seguido. Los días de salida también podían convertirse en una tarde sin nada que hacer en la casa del otro. 

Al principio Esteban aun guardaba su control de confianza con el chico, pero ahora simplemente se acostumbro a ser cariñoso y dejarse mimar por el chico mas alto, algo que nunca había hecho con alguien mas. Blas como prometió ya le había tocado una que otra canción en la guitarra, algo que el mayor amaba. Se notaba desde lejos el gusto que el menor tenia en el, pero no importa cuantas personas se los digan el nunca lo vería, de todas formas el no lo correspondería y prefería que el chico no se lo dijera.

Kuku estaba al tanto de que el otro era lo mas lindo que alguna vez vio, pero no intentaría nada, ni aunque su corazón latiese fuerte cuando el menor besaba su cara, el no estaba dispuesto a intentar algo. No le gustaría terminar mal. O hacerle daño a alguien mas, por no haber sanado como debería. Mucho menos hacerle daño a su nene. Prefería seguir haciéndose el loco. 

Mientras Esteban se mentalizaba para no cruzar la línea, Blas estaba cada día mas decidido a hacerlo, estaba enamorado, al principio creyó que era atracción sexual, pero después estaba seguro de que era amor. Nunca se había enamorado de alguien y ahora se daba cuenta de lo fuerte que era el sentimiento, querer besar a alguien. Querer sentir a alguien aunque fuera por solo un momento. Sus amigos lo habían dado por "perdido". Efectivamente. Cuando los brazos de Kuku lo recibían, no había quien lo volviera a la realidad después. 

La primera vez que durmieron en la misma cama, ambos pensaron que seria incomodo, uno traía unas ganas increíbles de estar en otro contexto y el otro se preocupaba en como debería comportarse. Ninguno recuerda como Blas acabo dormido en el pecho del mayor mientras este lo rodeaba, como siempre con solo un brazo. Durmieron como unos bebes, supieron que ese se volvería un habito. En especial para el alto quien sufría con insomnio, la mayoría del tiempo.

La taza de gato garfield acabo en el lugar de Kuku, así como algunas otras cosas. No le sorprendía a nadie que la guitarra de Blas no se encontrara en su lugar si no en el sillón de la casa del mayor, así como tampoco llamaba la atención que alguna prenda del otro se encuentre en el depa donde no era.

Las llamadas telefónicas que el menor pegaba de vez en cuando mientras Kuku estaba trabajando era muchas, al principio Esteban lo regaño, diciendo que no lo llamara en ese horario, pero luego de que el menor no le hablara en lo que quedaba del día, supo que regañarlo no era la mejor forma y se arrepintió mas cuando fue a su departamento. Ese día el chico lo había tratado de la manera mas indiferente, aunque con un beso en la mejilla un abrazo y unas palmadas en su espalda baja mientras le aseguraba que podía llamarlo cuando quisiera, basto para que el chico dejara el capricho de lado. Kuku se entero en ese momento que Blas odiaba que no le prestaran atención.


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JUST FOR ME - Esteban x BlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora