Capítulo 16

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Daniela

Esta sudando de los nervios, volver a ver a Poché y así de guapa no era justo para mi. Mucho menos al escuchar todo lo que dijo.

Después de eso Manuela y yo salimos del lugar. Pero antes me di cuenta que Melissa estaba ahí. Me pareció raro no haberla visto en todo el tiempo que estuvimos ahí.

Pero mi corazón se aceleró cuando vi la forma en que hablaba con Poché. Para luego ver como se colgaba de su brazo y caminaban juntas.

Nos subimos al auto y Manu empezó a manejar.

En todo el camino no dijimos nada, hubo silencio absoluto. Llegamos a mi apartamento y nos bajamos.

—¿Estás bien?— asentí —¿Tomaste tu medicamento?—

—Si, voy a acostarme me siento cansada—

—Bien, yo me voy—

—¿No te quedas?—

—Tengo una junta mañana a primera hora, así que prefiero irme—

—De acuerdo—

Me dio un beso y se fue. Quité mi maquillaje para acomodarme y dormir pero el timbre me hizo dirigirme a la puerta.

—Hola querida— Leo estaba aquí.

—Pasa ¿Qué haces aquí tan noche?—

—Vine a ver como sigues, pensé que no asistirías después de todo—

—Manuela insistió en que la acompañara, trata de que no sospeche nada— me recosté en su pecho —Gracias por estar para mi Leo—

—No agradezcas nada, te amo y aquí voy a estar para ti—

—Aún no entiendo cómo pasó, te juro que no logro entender—

—Tal vez el destino lo quiso así mi Calle, lo que no logro entender es por qué sigues con el iceberg cuando sabemos que te mueres por la enana de Garzón—

—No es tan fácil como parece Leo—

—¿Por qué no? Tú no amas a Manuela, déjala y busca tu verdadera felicidad, busca a Poch y sé feliz con ella—

—No puedo verla después de lo que pasó— mis lágrimas salieron —No puedo, cuando... perdí a nuestro hijo—aún me dolía lo que pasó y eso que no tuve culpa de nada.

Flashback

Después de salir corriendo por Manuela el día que hicimos el amor en la Villa no volví a ver a Poché. Pues dos días después iba decidida a contarle todo, a decirle que vamos a ser madres pero no se pudo.

—Amor, mira toma es para que relajes, últimamente estás muy estresada—

—Gracias Manu— me tomé el té —Voy  salir— me vio confundida.

—¿A dónde?—

—Voy a... ver a Leo— puso los ojos en blanco —Y después me gustaría hablar contigo—

—¿Sobre qué?—

—Es algo muy importante, que necesito sepas—

—Dime ahora— demandó.

—No puedo, tengo que irme, pero cuando vuelva hablamos— la dejé con la palabra en la boca y salí.

Arranqué el auto pero a medio camino, un dolor insoportable me hizo detener.

—¡Aaah! Mierda ¿Qué me pasa?— sentí algo húmedo en mi parte íntima y eso me alarmó.

Así que no tuve más remedio que meter mi mano, pero cuando la saqué vi que estaba manchada de sangre.

Vuelvo a Diciembre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora