Epílogo

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Daniela

Me sentía muy nerviosa, mis manos sudaban, mi cuerpo temblaba, era un manojo de nervios.

—¿Lista?— habló mi papá.

—Si, estoy muy nerviosa— él sonrió.

—Es normal, no todos los días te casas con el amor de tu vida— se acercó y tomó mis manos —Deseo de todo corazón su amor sea para siempre, que sean la familia mas unida y llena de amor por siempre— asentí —Poché te está esperando y déjame decirte que también está muy nerviosa— sonreí —¿Vamos?—

—Si, vamos— salimos de la habitación.

Cuando llegué a mi lugar de salida apreté su brazo. La música empezó a sonar, caminamos a paso lento, nuestros amigos y familiares estaban ahí y cuando fijé mi vista al frente mis ojos se iluminaron.

Los dos amores de mi vida esperaban por mi. Al final nuestro matrimonio tuvo que esperar y decidimos que nos casaríamos al nacer nuestro hijo, a que al menos tuviera tres meses de vida. Así que si, nuestro pequeño Daniel estaba en brazos de mi amor, vestido como ella, cosa que me pareció muy tierno.

—Te entrego a mi hija Poché, no te digo que la cuides porque sé que lo harás, al igual que a este pequeño— mi niño sonrió y me dio sus bracitos.

—Así será señor Germán— él se fue a su lugar y nosotras nos tomamos de la mano —Te ves muy hermosa—

—Tú estás igual o mejor dicho más hermosa— me guiñó un ojo y el juez empezó. Mi mamá se llevó a nuestro hijo en lo que nos casaban. Porque ese niño no podía pasar mucho tiempo alejado de nosotras, era muy consentido por nosotras, con la única que se quedaba por mas tiempo era con Valentina y Leo. A lo mejor era porque los veía a diario y se sentía bien a su lado.

La ceremonia fue maravillosa, las palabras del juez fueron muy lindas.

—Es hora de decir los votos— nos volteamos y quedamos frente a frente.

—¿Cómo podría explicarte todo lo que siento por ti Calle?— empezó ella —Siento que ninguna palabra podría describir el amor tan grande que te tengo, a ti y a nuestro hijo, pero intentaré hacerlo— todos rieron —Desde que te vi en aquel bar de Paris me pareciste la mujer mas hermosa del mundo, así que no lo pensé mucho y me acerqué a ti, fue la mejor noche de mi vida, porque ese día conocí el significado perfecto de sentir, de anhelar, porque desde ese día lo único que hice fue desear volver a verte. Y se me concedió, sé que pasamos por muchas cosas, pero al final del camino estamos aquí, felices, formando una familia hermosa, me diste el regalo mas grande, a nuestro hijo. Quiero que sepas que siempre los amar, a proteger, a dar todo de mi, no soy perfecta pero por ustedes haré mi intento— mis lágrimas salieron.

—Te amo Poché, eres mi causalidad mas hermosa y perfecta. Tus ojos me cautivaron desde el primer momento. Jamás imaginé que esa noche llegaría a ser la mejor de mi vida, gracias por amarme como me amas, aguantaste muchas cosas de mi, mis inseguridades, mis reclamos, mis miles de confuciones, pero aquí estás, a punto de convertirte en mi esposa, sé que lo nuestro es irrompible, que lo nuestro es para toda la vida, pero quiero que hoy ante nuestros amigos y familiares demostrarte y decirte que te elijo y te eligiría siempre, que por ti María José Garzón vuelvo a diciembre las veces que sean necesarias con tal de volver a encontrarme contigo— ella sonrió y me besó.

—Aún no lo había autorizado— dijo el juez divertido.

—Pero si ya se comieron la torta, miren a Daniel— comentó Leo y todos rieron.

El protocolo continuó y el juez por fin nos declaró esposas.

—Ahora si, puedes besar—

Poché me tomó de la cintura y me besó. Sus besos era mi paraíso, podría besarla siempre y nunca cansarme.

Vuelvo a Diciembre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora