Capítulo 24

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Daniela

Tomé el primer vuelo que pude. Había viajado a Estados Unidos a ver a mi mamá. Aún no podía creer que estuviera haciendo esto. Ir a verla en estas condiciones, porque mi mayor deseo era ir a visitarla pero para arreglar las cosas y volver a tener la relación madre-hija.

-Buenos días señorita, la paciente María Fernanda Soto-

-Piso 3 habitación 156, puede pasar-

-Gracias-

Subí y mi corazón estaba como loco.

Cuando llegué en la sala de espera estaba un hombre, cabello negro con pocas canas, alto, con barba. Me acerqué y él me vio de inmediato.

-¿Daniela verdad?-

-Así es ¿Usted es Marc?-

-Sí, mucho gusto- me dio su mano y la tomé.

-¿Qué fue lo que pasó?- pregunté rápido -¿Cómo está ella?-

-Está en terapia intensiva y con respecto al accidente no tengo idea. Somos muy cuidadosos  en cuanto a los autos y los mantenemos en servicio, sin embargo el agente dijo que... los frenos fallaron y... -su voz se quebró -Lo siento- asentí.

-¿Puedo verla?-

-Solo através del vidrio, ven conmigo- lo seguí y en cuanto vi a mi madre conectada mis lágrimas bajaron. Nunca creí volver a verla y en estas condiciones.

Puse una mano en el vidrio.

-Hola ma'- susurré -Estoy aquí, tienes que luchar y salir de esto. Por favor, no te des por vencida- ha esta hora era un mar de llanto. Marc puso una mano sobre mi hombro.

-Hace mucho quería llamarte, pero no se atrevió porque pensó que... no ibas a querer verla por haberse ausentado y alejado de ti tanto tiempo. Estaba muy a repentida te lo aseguro-

-Me lastimó mucho, pero siempre esperé por ella, todas las mañanas, tardes, noches. Yo siempre guardé la esperanza que apareciera y recordara que tenía una hija. Estaba dispuesta a perdonarla-

-¿Ya no lo estás?-

-No puedes hacerme esta pregunta ahora- él asintió -Tuve que pasar muchas cosas yo sola. Una persona me sacó del hoyo donde estaba metida, pienso que encontré al amor de mi vida pero... luego me doy cuenta que no es así y cuando conozco al amor de mi vida resulta que no podemos estar juntas. Le iba a dar un hijo... y ni siquiera eso pude hacer bien, porque lo perdí. La lastimé y ahora ella posiblemente ya me olvidó. Mi vida ha sido un verdadero caos y lo que siempre quise fue tener un hombro donde apoyarme. Mi mejor amigo es quien tiene que cargar conmigo, pero yo siempre la esperé a ella y no estaba- me desahogué, saqué todo lo que guardaba -Mi papá lo intenta y se lo agradezco pero... mi conexión con ella era más fuerte o eso era lo que pensaba- me reí -Me equivoqué- levanté la vista y él también lloraba -No la odio, si es lo que piensas, jamás podría hacerlo, solo... estoy dolida y... verla así me parte el alma porque perdimos mucho tiempo. Ahora no sé si podré volver a hablar con ella aunque sea una vez más- me volví a derrumbar y él me abrazó. No me importó que prácticamente fuera un extraño, necesitaba llorar y él era el único que estaba ahí.

Los médicos llegaron diciendo que la visita había terminado que solo una persona se podría quedar. Quise hacerlo pero Marc lo impidió diciendo que debía descansar. Me dio las llaves de su casa pero me negué. Así que me fui al hotel más cercano.

En cuanto me instalé le marqué a mi papá para contarle lo ocurrido, estaba en shock y prometió venir a verla. Me di una ducha y cuando salí tomé mi celular, tenía mensajes de Manuela pero sinceramente no quería hablar con ella.

Vuelvo a Diciembre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora