Capítulo 8: Proyecto Snowfall

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En algún lugar remoto de Renmant, más específicamente en uno de los bunkers visto hace un tiempo se podía observar como en medio de toda la soledad se encontraba la base de la organización de Arthur Watts, este último estaba haciendo revisiones a su juguete favorito, su arma predilecta, Alexander Ashford, por todos los soldados del lugar, era sabido que Alexander fue su experimento favorito


La diferencia entre él y el resto de los que estaban ahí era que él si tenía una vida, tenía metas, aspiraciones, gente que quería, gente que lucharía por él y para Arthur esto hacia la diferencia, romper algo que para tanta gente era valioso era un gusto, una delicia que ni siquiera romper a Ironwood, una de las personas que más odio jamás pudo igualar, el antiguo general no tenía nada de eso, no tenía gente que pelearía por él, su gente lo traicionó y moriría solo sin que nadie pareciese importarle


Romperlo en si no fue tan difícil y eso quitaba la diversión, pero romper a Alexander fue un deleite, esa voluntad retadora, violenta y mal educada fue bastante difícil de corregir, las torturas físicas no fueron suficiente, había que ir más profundo, había que quitarle su humanidad, quitarle hasta la última pizca de lo que es ser un humano, volverlo un animal obediente, al principio fueron torturas físicas típicas, luego avanzaron, se convirtieron en cosas más profundas, se dió cuenta de lo que pasa realmente cuando una persona dura mucho tiempo sin comer, nadie, conserva bien su mente con hambre, algo tan sencillo como eso le dió el puntapié inicial para seguir su curso de acción


Para cambiar a alguien se debía de quitarle la humanidad, cuando una persona pierde esta cualidad pierde su capacidad de sentir, de amar, de querer, de todo menos de una cosa, de enfocarse, de enfocarse en un objetivo hasta el final, eso eran esos soldados, títeres centrados en una misión, seguirlo a él hasta su último respiro, aún si el muriese tenía ya planes para poder aún después de la muerte seguir dañando a la gente de Renmant


Alexander era una pieza clave en esto, a pesar de las torturas físicas se mantuvo como campeón ante cada una de las cosas que le hizo Arthur hasta que este comenzó a llevar al limite su cuerpo, luego, una simple acción como encadenarlo como perro y dejar una foto colgada justo donde el no pudiese tomarla era una forma efectiva de dañar la mente y cuerpo de alguien


Flashback 


En medio de la noche, se podía ver un chico, era fácil saber que era Alexander, después de todo era el más joven de todos los encerrados en esas instalaciones, pero no era fácil saberlo con verlo, de aquel peleador intrépido, sarcástico y con energía no quedaba más que un niño asustado, sin su brazo, desnudo, con heridas en todo el cuerpo, algunas infectadas, otras ya cicatrizadas y otras semi abiertas


Este tuvo tiempo planeando una forma de escapar, había guardado sus energías para ese día, o noche, honestamente no tenía idea de cuanto tiempo había pasado ahí, fácilmente podía llevar años y no estaría seguro, de todas formas pudo hacerlo, más o menos, mientras corría por los caminos estrechos de la instalación intentaba desesperadamente buscar algo que lo pudiese comunicar con el exterior o que lo ayudara a poder irse, cualquier cosa, incluso matarse era mejor opción que seguir metido ahí 


En un momento sintió un escalofrío recorrer su espalda, al voltear pudo ver al soldado más grande de todos, era Ironwood, con parte de su rostro sin carne, solo metal y más metal, el había sido de los primeros en caer, de todas formas ya no tenía algo por lo que luchar en realidad, era un alma ya destruida que Arthur terminó de quebrar, esos ojos lo veían sin emociones y lentamente se comenzaría a acercar al chico que desesperado comenzó a correr

El Soldado de Polvo / Weiss Schnee x lector masculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora