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—¿Por qué no volviste antes?— preguntó ella mientras le veía —No pude... Mi padre no quería, pensé que solo serían unos dos o tres años, jamás me imaginé que pasaría tanto tiempo— él la vió, vió como ella lo veía con unos ojos llorosos —Eda, perdón, debí llegar antes, ahora lo sé, quería venir por tí.. para casarme contigo— Ella no se esperaba eso, no se imaginó que Raine le diría algo así.

—Raine, pasó demasiado tiempo, y yo...— El corazón de Raine se detuvo por un momento para después latir como nunca, ¿Acaso ella le diría que estaba con alguien?

—¡No!— dió un suspiro —Si es lo que estoy pensando no lo digas— bajó la cabeza dejando que el silencio gobernara el ambiente un rato, pero Eda lo rompió de nuevo —No Raine, no estoy con nadie, pero tampoco quiero estar contigo—

Él no supo que decir, su mente recibió un golpe recordando el último día que la vió, como sus labios se juntaron un par de veces, solo eran unos niños pero él lo recordó día tras día, noche tras noche, una y otra vez sin parar, se sentía esclavo de esos labios esos que ya ansiaba probar nuevamente, muy en el fondo su corazón gritaba su ser se estaba consumiendo lentamente, todo por ella

—Por favor no me mal entiendas, Raine, fuiste mi primer amor, pero siento que no puedo mentirte, estuve con otras personas y claro que ahora que estás aquí mi corazón se siente atraído, pero fueron años sin saber nada de tí, pensé que habías olvidado completamente lo que prometiste, creí que— hizo una pausa, dando un suspiro —Tú nunca regresarías.

—No te culpo Edalyn, fueron muchísimos años, y está bien que me lo digas, ¿amigos aunque sea?

—¡Amigos!— luego de un rato ella regresó a casa donde fué recibida por el pequeño demonio que tenía por hijo.

—¡Mamá!— King corrió a sus brazos, ella lo cargó dándole un beso en la frente —¿Dónde estabas bruja?— El demonio de la casa habló —Es una larga historia Hooty— Eda parecía estar bien, pero en el fondo le dolió rechazar así a Raine, cuando realmente quería estar con él, pues realmente lo amaba, lo amó desde que eran niños.

Pero para ella era lo mejor, ya que Raine no podía estar ni exponerse al peligro estando con una "bestia" como ella, merecía más, sin duda alguna.

Eran tan diferentes y en el fondo sabían que similares, les gustara o no, ahora estaban conectados el uno al otro.

Raine llegó luego de un rato al castillo, había estado fuera todo el día y hasta este punto el Rey estaba loco, seguía tratando a Raine como si fuese un niño de diez años.

—Vaya, por fin llegas, ¿Dónde estabas?— Raine estaba por subir a la que sabía era su habitación pero frenó al escuchar la voz de su padre, esto era como antes, la diferencia era, que él ya no era un niño, no más.

—Estuve viendo que tanto había pasado en mi ausencia, digo, luego de tantos años que me mantuviste lejos— era claro que estaba molesto, con su padre y con él mismo por no defenderse a tiempo de los maltratos y golpes que le daba, y haber permitido que lo enviaran lejos.

—Deja eso de lado, ya estás aquí ¿No era eso lo que tanto querías?— el hombre colocó una mano en el hombro de Raine —perdóname por haberte alejado de tus raíces, tu madre... También sabía que era lo mejor — la voz calmada del hombre hizo a Raine tranquilizar —¿Por qué de pronto tan tranquilo?— Preguntó confundido.

—No es justo lo que hice, por eso me disculpo, de ahora en adelante las cosas van a cambiar, podrás hacer lo que tú quieras, este fin de semana habrá una fiesta, es tu cumpleaños ¿No? y también será en honor a tu regreso— Raine dudaba de todo esto pero quería llevar las cosas en paz con su padre.

✦•····• 𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐲 𝐥𝐚 𝐁𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚 •····•✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora