3. De pronto me miras, te miro y suspiras

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Tenía pena por lo que pasé ayer frente a ella así que me cuestioné en irme en el mismo vagón de siempre, pero de tan solo pensar que esos eran los únicos treinta minutos del día donde podía verla rechacé la idea por completo

Quería verla, necesitaba verla.

Al llegar a su estación bajé un poco la mirada, hoy no quería llamar su atención. Durante el viaje me limité a verla de lejos, así no vería lo torpe que a veces solía ser. Pero mis planes no estaban saliendo del todo bien porque ella nuevamente se sentó frente a mí y pretendió no verme

O eso creía

Como si hubiese escuchado todas mis anteriores plegarias ella fijó su vista en mí. Me estaba mirando a mí, solo a mí.

¿Pero en que estabas pensando Sarocha Chankimha? Luego de desear que te mirase todo este tiempo y cuando al fin lo hace tú te mueres de los nervios y no puedes sostener la mirada

Torpe, torpe, torpe.

Tomé una bocanada de aire y cerré los ojos para tranquilizarme, lo último que necesitaba era ponerme en ridículo de nuevo. No sé si una vez más imaginación estaba jugando conmigo, pero al cerrar los ojos pude escuchar como suspiraba y sabía que provenía de ella porque éramos las únicas en el vagón esta vez.

Al abrir nuevamente los ojos ella ya estaba ignorándome de nuevo y concentrada en su teléfono celular. En mi rostro se dibujó una pequeña sonrisa porque ella me había mirada, me notó y eso me hacía profundamente feliz. Cuando menos lo sentí era hora de bajarme en la estación que me correspondí y pude escuchar un adiós de su parte

Más que un susurro definitivamente era un invento de mi imaginación

Apenas respiroy me pongo a temblar

Jueves「 Beckfreen 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora