8. Y ya estamos llegando, mi vida ha cambiado

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Como ya era costumbre me encontré en la estación del tren a Becky para dirigirnos juntas a nuestras clases. Nos teníamos que separar a la mitad del camino, pero algo era mejor que nada ¿no?

Estar con ella se había convertido en una de mis cosas favoritas en el mundo. Quizás no teníamos demasiadas cosas en común, pero escucharla y hasta entenderla me parecía fascinante. Tal y como lo había imaginado: ella era interesante. Varias veces lo mencioné a lo que ella respondía con una sonrisa mientras negaba con la cabeza

Oh, Becky, si tan solo supieras lo que siento por ti

Pero, aunque lo supiera aun existía la posibilidad de ser rechazada. Que venga hasta la estación por mí realmente no significaba nada o el hecho de que los fines de semana que no nos veíamos hablemos a todas horas por WhatsApp, que se preocupara, que estuviera para mi

—¿En qué tanto piensas, conejita? No has dicho mucho hoy

Golpeó mi brazo levemente para que tuviera toda su atención, llamándome por aquel apodo que tanto se empeñó para ponerme

—¿Ah? Si, es que mis exámenes se acercan pronto, solo es eso

Mentí una vez más, como si las mentiras que ya se habían dicho no fueran suficiente

—¿Hoy tienes algo importante que hacer en la escuela?

—No creo ¿por? — la miré con duda, no entendía su punto

—Escapemos, Freen. Solo hoy. Será como tu descanso antes de los exámenes

Guiñó su ojo esperando haber hecho lo suficiente para convencerme. Incluso sin guiño hubiera ido con ella. Es Becky, no puedo decir que no

—¿A dónde?

—No bajemos del tren. Vayamos hasta la última estación, ahí hay un parque. Podríamos pasar por un helado y luego ir a caminar— propuso encogiéndose de hombros

—¿Helado, Rebecca? ¿No es un poco cliché para la primera cita?

—¿Y conocernos en el tren no es lo suficientemente cliché? — devolvió la pregunta

—Tienes razón

—¿Me estás rechazando la cita?

¿Iba en serio? ¿Una cita? Jamás había tenido una y no es como si lo lamentase, quería tenerla, pero quería tenerla con alguien sumamente especial como lo era Becky para mí

—¿Es una cita?

—Es lo que tú quieres que sea— afirmó segura de sus palabras

—Entonces lo es

Y ahí nos quedamos ninguna de las dos bajó en las estaciones donde solíamos hacerlo. nos quedamos ahí sentadas hablando aún más de lo que ya hacíamos, que por más increíble que pareciera siempre había algo que decir.

Jamás me había enamorado. Me sentí afortunada por milésima vez porque mi primer amor fue correspondido, porque la tenía junto a mí aún sin existir la etiqueta de algo formal. Porque era la persona a la cual me limitaba a observar de lejos me miraba

Te quiero Rebeca Armstrong no quiero sonar apresurada, pero lo hago

Llegamos a la última estación pasando por el último túnel que nos llevaría a la terminal por unos momentos la luz del sol se retiró y ahí sentí su mano en busca de la mía, al encontrarla ambas manos se entrelazaron.

Beck mi corazón no puede con tanto

Me tomas la mano, llegamos a un túnel

Jueves「 Beckfreen 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora