Aurelio Casillas era un ser sexual, siempre lo había sido, estaba en sus venas... Por eso siempre que veía a una mujer se le iba la sangre a sus partes más íntimas, las quería para él, las quería ver y probar... Quería adueñarse de sus cuerpos, tocarlas, olerlas, hacerlas suyas.
Desde que vió a Belén, el simple roce de su perfume en su nariz, despertó a la bestia que vivía dentro de él, y cuando la escuchó hablar, aquella sonrisa burlona y mirada altanera... Le quería borrar esa sonrisita de la cara y cambiarla por gritos, por cerrar esos ojos de placer, la quería para él y la quería hacer gritar su nombre de esos labios que parecían soltar solamente veneno.
Desde que la tenía captiva en su escondite, era su juguetito especial, pero algo que le revolvía la sangre era que a pesar de todo, esa mirada altanera seguía ahí, de alguna manera admiraba su espíritu, pero ninguna mujer lo iba a ver de esa manera...Aurelio: buenos días werita...
Entró a la habitación y la encontró recostada en la cama, perfecta como siempre, con la lencería que le había mandado a comprar, no le había dejado usar otra cosa... Sólo ropa interior, ya que sólo tenía contacto con él y de vez en cuando con alguno de sus hombres, que entraba cuando estaba con ella.
En ese momento estaba vestida con un conjunto blanco, le encantaba ese color en su piel, resaltaba muy bien en ella ... Tenía más blancos y rojos que cualquier otro color, él entró al cuarto y cerró la puerta con llave detrás de él... Hoy no quería interrupciones, Belén tragó saliva al ver aquella acción, sabía que no era nada bueno....
Belén: cuánto tiempo más me vas a tener encerrada eh?!
Aurelio: calmada werita, todavía no me aburro de ti... Además ... No eras tú la que se moría por verme?
Belén se acomodó en la cama, agarró las cobijas y se cubrió.
Belén: ya me quiero ir de aquí, podríamos seguirnos viendo sin necesidad de tenerme encerrada.
Aurelio: eres muy peligrosa allá afuera, mejor te tengo aquí... Para cuándo yo quiera y cuando se me antoje... Y sabes qué, hoy tengo antojo...
Se subió a la cama e iba caminando a ella en cuatro, como todo un depredador hacia su presa... Ella se aferró fuerte a las cobijas alrededor de su cuerpo y se hizo para atrás hasta bajarse de la cama... Seguía dando pasos lejos de aquel hombre, cuando Carla le había dicho aquello de "perturbador" no estaba bromeando, éste hombre era feroz e insaciable, sólo pensaba en su propio placer.
A Aurelio le encantaba ese juego, que ella se alejara de él para que pudiera atraparla, todo aquello era un simple juego para él, hacia que todo fuera más interesante, sonrió maliciosamente y se mordió el labio, levantando una ceja.
Aurelio: con que esas tenemos, mi cena quiere jugar antes de ser devorada ....
Después de eso soltó una carcajada, por algún motivo Belén sintió el miedo hasta los huesos, miró hacia todos lados y encontró una puerta, ya la había visto antes pero no la había podido abrir y hoy estaba sospechosamente abierta, pero no tuvo tiempo de pensar... Solamente la abrió y se recargó en ella.
Aurelio: mira nomás!! Tú solita te metiste a la boca del lobo!! Justo ahí era donde te quería....
Belén respiraba rápido, su corazón estaba acelerado y cuando abrió los ojos se encontró con una habitación en tonos rojos y negros, comenzó a ver alrededor... Cueros, látigos, esposas y todo tipo de cosas que no sabía para qué servían... En esa distracción que tuvo, Aurelio abrió la puerta y ella se tropezó; se volteó rápido y se aferró a la cobija que todavía cubría su cuerpo... Él le sonrió de arriba hacia abajo y tomó la cobija por una esquina, tiró de ella... Pero Belén se aferraba fuerte, volvió a tirar más fuerte y se la arrancó de las manos.
Belén sabía que él era más fuerte así, que dejó que se quedara con el pedazo de tela y buscó un lugar al qué correr ... Se encontró con un agujero en la pared y corrió hacia él... Aurelio la observaba, dejándola ser por un rato... Pero cuando vio que iba hacia la ventilación, apresuró su paso, Belén ya estaba casi por completo adentro, solamente se veían sus pies, se había agarrado de uno de los bordes... A lo lejos se veía una luz... Esa podría ser la salida, hasta que sintió un fuerte jalón en sus piernas. Aurelio la estaba jalando de vuelta hacia él.
Pataleó con todas sus fuerzas, sabía que sus piernas eran fuertes, si se aferraba podría sacarla de ahí... Escuchaba que Aurelio le decía de groserías y gritaba... -Ya me cansaste werita!! Ya!! - y cada vez la jalaba más y más fuerte, se armó de fuerza y pegó su última patada Aurelio la soltó y ella se movió rápidamente... Escuchó los gritos de furia de él a la distancia, pero ya estaba muy cerca de aquella luz, cuando llegó empujó con todas sus fuerzas... Estaba al aire libre, era su salida!! ... La bajada era como de un piso de altura, pero podría lograrlo, se acomodó de tal forma que salieran primero sus piernas, para poderse aventar más fácilmente.
Belén: vamos tu puedes, 1...2...3...
Se aventó de un empujón, esperaba sentir el impacto con la tierra, pero solamente sintió unos brazos fuertes que la rodeaban de nuevo...
Aurelio: ahora sí me hiciste enojar werita... Esto te va a salir muy caro...
Oh no...
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Amores que matan
Fanfictionuna serie de pequeñas historias que involucran a nuestro dúo dinámico haciendo de las suyas el uno con el otro