Plan B

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     A pesar de estar llorando, Belén sólo soltaba lágrimas, las cuales limpiaba de vez en cuando, no soltaba ningún sonido, ni hacía ningún gesto.... Pensaba en la situación en la que estaba, perdió la oportunidad de ser libre, pero también ansiaba que Aurelio estuviera con ella.

     Nunca antes un hombre la había hecho enojar tanto, temerle tanto y al mismo tiempo querer que estuviera con ella... Su corazón y mente estaban vueltos locos, no se ponían de acuerdo. Aurelio era el amante perfecto, en la cama la dejaba completamente satisfecha, algo que no había sentido en mucho tiempo; sin embargo, su actitud era cambiante, a veces podía ser la persona más tierna del mundo y a veces parecía que quería matarla.

     El jugar por su libertad era algo que quería hacer, no le gustaba estar encerrada, quería salir, trabajar, socializar... Con Aurelio podría tener todo lo que quería, menos lo más preciado... Su libertad.

      Después de tanto pensar, llegaron a la hacienda, se dirigieron hacia adentro de la casa y ella sabía a dónde la llevaría... Sin embargo Aurelio agarró por otro camino, no se dirigían a su habitación, sino a la de él, se quedó tranquila esperando su destino. Aurelio abrió la puerta y entró al cuarto, todavía con ella en brazos... La sentó en un sillón que tenía ahí y se dirigió a un mini bar que tenía en el cuarto, tomó lo que parecían hielos y unos trapos, se acercó a ella y se hincó frente a ella... Puso el cubo en el piso y acomodó los hielos en una de las toallas, lo acercó a su rostro y ella sintió el dolor.

Belén: auch! Yo lo hago... -trató de quitarle el hielo y él le apartó la mano-

Aurelio: cálmate morra, no te voy a hacer nada, déjame cuidarte.

     Belén se relajó un momento, se inclinó hacia atrás y Aurelio la levantó del sillón, se sentó él y la puso a ella en sus piernas, así estarían cómodos los dos; ésta era la parte de Aurelio que nadie conocía y ella era afortunada de ver esa parte de él.

     Siguió tratando sus heridas con hielo, para que no se inflamaran y le puso un ungüento en las áreas lastimadas.

Aurelio: ese imbécil te hubiera violado si no llego a tiempo, no debí hacerte esa propuesta, para la próxima dejemos los juegos sólo dentro de la casa... No voy a permitir que algo así suceda de nuevo.

Belén: no es justo, yo iba a ganar de no haber sido por ese sujeto....

Aurelio: no te preocupes, tengo un plan B... Pero necesitas recuperarte para poderlo llevar a cabo.

     Aurelio se levantó y ella con él, Aurelio vio el estado en el que estaba su ropa, su blusa estaba rasgada, era totalmente basura... La agarró y terminó de romper... Vio que tenía unos aruñones en su abdomen, pecho y brazos .. producto de él forcejeo que tuvo con aquel hombre, la tomó de la mano y se dirigieron al baño.

     Él se quitó la camisa, el cinto, los pantalones junto con la ropa interior... Quedó desnudo frente a ella... Cuando la volteó a ver, hizo esa cara pícara que siempre le dirigía cuando quería algo.... Ella estaba ahí, totalmente quieta y en silencio.

Aurelio: qué? Quieres que yo te desvista?

    Belén agachó la cabeza, y comenzó a desabrochar sus pantalones... Él se acercó y le quitó las manos... - ándale, ya sé que quieres que yo lo haga-.... Comenzó a desvestirla lentamente, como si tuviera miedo a romperla, no era como otros días donde estaba apresurado en quitarle las prendas, hoy sería lento y con cuidado.

    Primero retiró los pantalones junto con la ropa interior, se hincó frente a ella para estar a su altura, mientras iba bajando las prendas cuidaba que sus manos trazaran esas hermosas piernas que tanto le gustaban... Levantó uno a uno, sus pies para retirar la ropa, la aventó junto a la suya, y al voltear de nuevo, acarició sus piernas por detrás, subió con sus caricias hasta llegar a sus glúteos y se levantó, cargándola entre sus brazos y apretándola contra él... Abrió la llave de la tina.

     Mientras la tina se llenaba de agua, él comenzó a acariciarla, con una mano sosteniéndola contra él y con la otra acariciando su espalda, hasta llegar al broche de su brasier, lo desabrochó con experiencia y la prenda cayó entre ellos.

     Se acercó al lavabo y la sentó encima para poder tener sus manos libres para acariciarla, siguió tocando su espalda, recorriendo con firmeza y dejando huella de sus dedos... Subió a sus senos y los sostuvo entre sus manos, suavemente, maravillado de la belleza de aquella mujer, eran perfectos, ni muy pequeños, ni muy grandes... Cabían perfectamente en sus manos... Los palpó cariñosamente, haciendo que los pezones se endurecieran del placer, él la besaba por todo su rostro, dejando rastro de sus labios.

      Ponía especial atención a las áreas que le dolían, tratando de que fueran besos muy ligeros, para no lastimarla, ella lo acercaba a su cuerpo con sus piernas y sus uñas dejaban rastro sobre su espalda, cuando Aurelio encontró ese dulce espacio entre su cuello y  hombro, ella soltó un ligero gemido, él la conocía muy bien, sabía sus lugares especiales.

     Cuando la tina estuvo lo suficientemente llena, la cargó y la llevó hasta ahí, con cuidado entró junto con ella, teniéndola agarrada a ahorcadas de su cuerpo, se sentó con ella encima de él; Belén podía sentir la prominente erección de él en su entrepierna, era increíble, con otros hombres ella tenía que trabajarlos más para poderlos sentir así de grandes y duros... Listos para la acción.

     Belén también estaba ya lista para él, su capullo estaba más que dispuesto a recibirlo... Ella tomó el miembro de él y alineó su entrada, a Aurelio le encantaba ver cómo ella tomaba la iniciativa, esa carita concentrada... Sus labios medio abiertos, esperando a sentirlo dentro de ella.

      Cuando estuvo en posición ella lo capturó con su vulva y puso sus manos en sus pectorales, moviendo sus caderas, jugando con él... Solamente estaba su punta sobre su entrada, ella se balanceaba de enfrente hacia atrás, sonriendo cuando vio que él cerró sus ojos en anticipación... Cuando Aurelio abrió de nuevo los ojos, la miró... Esa mirada traviesa que le encantaba estaba ahí.

    Él no se iba a dejar de su juego, la tomó por las caderas y la fue bajando lentamente, ambos soltaron un gemido de placer por cada centímetro que él entraba en ella... Cuando por fin llegó a la base se quedaron ahí un rato, disfrutando de su conección... Después sintió la necesidad de moverse, de arriba para abajo, el agua alrededor de ellos chapoteando para todos lados, pero no les importaba.

     Aurelio se hartó del ritmo suave y lento que habían generado y la tomó por las caderas embistiendo fuertemente, ella soltó un grito de placer, una ola de calor y electricidad corría por su cuerpo, él sabía exactamente dónde golpear para que ella gritara como loca y así lo hizo... Abrazándola por la cintura siguió golpeando ese dulce punto dentro de ella, Belén era un mar de gritos, olas de calor entraban en su cuerpo, electricidad se hacía bola en su vientre esperando por ser liberado... Sintió que él comenzó a tener movimientos más erráticos... Estaba cerca... Y ella también... Unos golpesitos más y él sintió como ella lo abrazaba fuertemente dentro de su sexo, sus paredes manteniéndolo hundido profundamente en ella... No pudo más y se corrió, haciendo que Belén sintiera ese calor en su vientre... Suspiraron y cansados descansaron uno sobre el otro.

     Aurelio: ve nomás el desastre que hicimos.... Tendremos que pasarnos a la ducha...

Aurelio la miró, esa mirada que le decía que eso había sido apenas el primer round.
    

Amores que matanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora