𝟬𝟬𝟴

394 45 5
                                    

Si le preguntaran que Sana como la paso todos esos días, pues diría que bien y no muy bien. Esta entre una y otra opción.

Los dolores del celo a veces eran fuertes, Tzuyu los calmaba con unas rondas de placentero y caliente acto sexual que la dejaban más que satisfecha, la dejaban con su lobo feliz moviendo su cola y saltando por tener contacto con su Alfa.

Pero el dolor cuando se sentaba o paraba era un poco, o más bien, muy irritante e incómodo. No sabía describirlo bien pero era más incomodo que doloroso.

La pastilla solo lo calmaba pero continuaba, la semana del celo de Tzuyu fue algo más suave, más atenta y tierna en su opinión. Lo adora de ese modo.

Sinceramente, no esperó que Tzuyu en su propio celo fuera tan emotiva, cariñosa y suave. Esperó que fuera más ruda por el simple hecho de que era su propio celo, pero se equivocó.

Tampoco se quejaba, la manera suave en la que entraba en ella, los dulces besos en todo rincón de su cuerpo, sus manos que acariciaban lenta y placenteramente todo su ser con toda la dedicación. Le encanta.

Tzuyu era como una pequeña niña que quería ser mimada, y cuando le daban lo que quiere, era lo más hermoso que había en la tierra, lo más tierno que podía existir.

Ahora estaban en una ronda de acto sexual del cual Tzuyu parecía ser extremadamente suave, casi como si supiera que Sana podría romperse con cualquier movimiento malo o brusco.

Los pensamientos de Tzuyu solo eran follarse a su Alfa tan bien que lo recuerde hasta el fin de su vida, que recuerde la manera en que se tocan y besan tan jodidamente bien.

Quiere que recuerde sus manos en su cintura mientras la penetraba, sus besos en su marca y escucharla suspirar, sus estocadas suaves y precisas que la hacen gemir por el jodido placer que sentía, sus lenguas encontrándose y suspiros salían al tocar esa humedad, sus labios danzando sincronizadamente mientras la hacía llegar a un orgasmo.

Tal vez era su celo y su lobo le gustaría ir rápido para saciarse pero ella quería hacerlo así, con cariño y suavidad.

Quería que recuerde eso, aunque lo siguiera haciendo en el futuro.

Sana por supuesto que recordará eso, no es posible que olvidase algo tan especial. Ella no lo veía como sexo para calmarse, lo veía como algo intimo y privado, solo ellas explorando sus cuerpos, solo ellas manteniéndose en suspiros cada que se tocaban.

Gimió en alto cuando sintió esa presión desapareciendo mientras liquido blanquecino caía en la sabanas que ya no saben cuántas veces han cambiado.

Su interior caliente tanto por el líquido que fluye en su interior, o porque su orgasmo así lo dejaba.

Sentía la polla de Tzuyu palpitar todavía en sus paredes internas, sabía que esta no se cansaba muy fácilmente y lo único por lo que la dejaba descansar a la segunda ronda era porque Sana si se cansaba después de dos o más rondas.

Pero esta vez no se conformó con tres orgasmos. Con tres veces llegar al éxtasis entre suspiros y jadeos con su Alfa.

Sin preguntar, la recostó en la cama sin darle tiempo para que se queje o hable, solo la acomodó lentamente dejando su trasero elevado y a su completa disposición, su cabeza descansando en las almohadas y sus brazos puestos en los costados.

Se tomó el valioso tiempo de admirar todo, su fina capa de sudor, el color un poco rojo de su cintura donde están marcadas sus manos por los actos anteriores, su espalda curvada, sus suspiros y gemidos tan provocadores para Tzuyu.

Cuando Sana movió sutilmente las caderas rozando su miembro, solo la hizo gruñir de satisfacción y tomarla con suavidad mientras se adentraba en ella.

La mayor gruñó levemente y gimió al reciente vaivén que empezó Tzuyu, la menor parecía no querer separase de ella, solo quedarse dentro mientras disfrutaban de unos acalorados besos.

No era mala idea, sin embargo.

La mano de Tzuyu se escabulló por su vientre plano para dirigirse a su pene el cual acarició con la punta de sus dedos, acariciando las venas notables del falo.

Sana gimió en alto moviéndose al ritmo de las caderas de Tzuyu para tener más placer del que ya le estaba entregando su Alfa.

Ambas explotaron en un orgasmo a los minutos, escalofríos recorrieron sus cuerpos.

Tzuyu sintió su pene dar un tirón y como terminaba de expulsar todo su orgasmo en Sana, su mano también quedó manchada por el orgasmo de la mayor, como casi todas las veces.

Después de unos segundos, Sana se acomodó quedando frente a frente con Tzuyu la cual le dio un beso en los labios y la abrazó para poder dormir un rato más. Ya había terminado por ese día.

Sana la siguió después.

Ya sería su último día de esas dos semanas que disfrutaron estar. Ya después no podrán hacerlo tan seguido, tanto porque sus celos acabaron y porque siguen viviendo con los Chou.

No querían que el señor Chou la interrumpiera y la viera en una situación no muy apta para que tu padre o suegro te vea.

Pero sin duda, a la próxima visitaran esa cabaña de nuevo, eso es seguro.


Aquí las Satzu se dan como cajon que no cierra siempre😭😭😭

¿𝑨𝒍𝒇𝒂?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora