Adelaide Cullen | Rosalie Hale

𝑉𝐼𝐼

ADELAIDE CULLEN
⚝

Rochester, New York
Febrero de 1933

La joven Cullen no hizo más que acariciar las suaves mejillas ahora húmedas de lágrimas en la cara de Rosalie Hale
— No llores Rose, por favor, estás rompiendo mi corazón — le suplico en susurros mientras besaba suavemente la frente de la humana, sosteniendo unas lágrimas que jamás caerían.

— ¿Eres capaz de soportar esto Adelaide?, ¿conmigo?, sabiendo que no puedo darte más que esto, sabiendo que podrías tener una vida con alguien más — le preguntó Rosalie, Adelaide nunca había visto un ángel más hermoso que el que tenía frente a ella, con la cara roja del llanto y esos ojos suplicantes, ahora solo estaba más segura, ella guiaría al amor de su vida a casarse con alguien que si pudiera darle todo aquello que deseaba, una vida y una familia.

— No he deseado nada más desde el momento en que te vi, eres mi sueño y mi más profundo anhelo Rosalie, si casarte con Royce te dará eso que tanto deseas entonces estaré contigo en cada paso.

— Temo que nunca desearé tanto lo que el pueda darme, no mientras tú existas — fue lo último que dijo Rosalie antes de sentir los fríos labios de la mujer que amaba callarla.

Hasta el mismo cielo lloró esa noche.

⚝

𝐅𝐨𝐫𝐤𝐬, 𝐖𝐚𝐬𝐡𝐢𝐧𝐠𝐭𝐨𝐧
𝟐𝟎𝟎𝟔

Después de llegar al profundo del bosque le sorprendió escuchar la voz de Rosalie hablarle.
— Tienes razón —

— Usualmente la tengo ¿a que te refieres ? — aunque no pudiera verla sabía perfectamente bien la cara que había puesto, había girado los ojos.

— Lo que le dijiste a Edward — Adelaide no hizo más que encogerse de hombros, Edward todavía estaba a tiempo de arrepentirse, ojalá lo hiciera, Bella lo necesitaba más que nunca.

— Perdón no creí que estuviéramos al alcance de nadie — no sabia exactamente por que se disculpaba, eran los nervios hablando en su lugar, la presencia de la rubia aunque a sus espaldas ya tenía gran poder sobre ella, claramente no importaba cuanto tiempo pasase.

— Perdóname tú a mi por escucharlos — asintiendo y armándose de valor se giró lentamente, hasta capturar unos ojos dorados, unos ojos que alguna vez tuvieron la tonalidad más hermosa de azul.

— Escuchaste todo — no era una pregunta, Rosalie claramente había escuchado su nombre en la discusión con su hermano.

— Sí —
Despacio y con precaución, la chica Hale se acercó lentamente a la joven Cullen
— Yo no te odio, por favor no creas eso —
La confusión golpeó a Adelaide fuertemente, sino era odio, entonces que cosa la había mantenido lejos tanto tiempo
— Creí que lo habías dejado perfectamente claro —
Asentó confundida a la mujer frente a ella
— ¿Quieres que me vaya? —
Adelaide negó fuertemente, jamás le quitaría su hogar al amor se su vida.
— Para este punto es más tu familia que mía, por favor no te vayas solamente por que volví, te prometo que en cuanto todo acabe me iré exactamente por dónde llegué —
Ahora fue el turno de Rosalie de sacudir su cabeza en oposición.
— No es así, Carlisle, Esme, Edward y.. ellos te extrañan mucho, no quisiera separarlos ahora que están juntos nuevamente.

Adelaide le sonrió tristemente.
Y Rosalie no pudo más que pensar en que no solamente ella se había privado de la compañía de la joven Cullen sino también a toda su familia

Al no recibir respuesta Rosalie, dio un paso al frente, musitando
— Estaba enojada, creo que lo estuve algún tiempo, pensar que había perdido mi vida para que tú no perdieras la tuya —

— Luego lo entendí, dos años después de mi transformación encontré a Emmett, estaba malherido en el bosque, cuando lo vi, algo que había estado apagado dentro de mí volvió a funcionar, no podía dejar de pensar en Henry, me recordaba tanto a él —

Adelaide frunció el ceño y preguntó
— ¿El hijo de Vera?.

Rose asintió
— Lo llevé con tu padre, igual que tú, esperando algo que no pasaría, creo que Carlisle vio lo que había causado en mi, fue cuando se ofreció a convertirlo, nunca habría imaginado tomar esa decisión —

— Después de ese momento solo sentí una profunda vergüenza, tú sólo querías salvarme y yo no hice más que ver lo peor en ti, solo para terminar tomando la decisión por alguien más —

Adelaide sintió el arrepentimiento que reflejaban los ojos de la mujer frente a ella y era algo que definitivamente no estaba esperando
— Fue pura suerte que Emmett en realidad quisiera esta vida, luego llego Neels y, bueno..—

Tomando las manos de Adelaide entre las suyas le dijo lo que nunca pensó escuchar
— Lo lamento tanto, no solo por lo que te dije en aquel momento, sino por todos los años después —

⚝