PRÓLOGO

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Disclaimer: los nombres de los personajes que aparecerán pertenecen a Masashi Kishimoto, creador de Naruto, todos los derechos de autor son para él. Yo sólo los uso para crear esta historia :)

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Ino estaba emocionada más allá de las palabras. Había ganado la apuesta que había hecho con Hinata durante el juego, y ahora finalmente llegaría el momento de que su tímida amiga se aventurara en el mundo de las citas. 

Ino y Hinata se conocieron en su primer año de secundaria. Ino, con su personalidad extrovertida, se acercó a la tímida Hinata cuando la vio sola en el patio durante el receso. Desde entonces, se convirtieron en amigas cercanas, a pesar de sus personalidades opuestas. Durante su tiempo juntas en la secundaria, Ino notó que Hinata nunca parecía interesada en tener novio, mientras que ella desde los quince, ya disfrutaba de salir con chicos y experimentar diferentes relaciones.

Ahora, en la universidad, Ino se sorprendía al ver que Hinata seguía soltera, a pesar de haber tenido varias oportunidades. Ino, que siempre había sido una romántica empedernida, se preocupaba por su amiga y quería verla feliz en una relación. Por eso, cuando terminó con su último novio y se enteró de un lugar que organizaba citas a ciegas, decidió convencer a Hinata para que la acompañara.

Ella estaba segura que podría ser una oportunidad perfecta para que la ojiperla conociera a alguien especial, y estaba decidida a hacer lo que fuera necesario para ayudarla a encontrar el amor. Fue por eso que tuvo que recurrir a hacer una apuesta.

La apuesta había sido simple: si Ino ganaba en el juego de voleibol de playa entre ellas, Hinata tendría que aceptar tener una cita y si Hinata ganaba, su rubia amiga dejaría de insistir tanto con ese tema de los novios, porque ella aún no se sentía lista.

Ino había demostrado ser imparable en la cancha y ganó.

Por eso ahora estaban en un taxi, que los llevaba al lugar donde tendrán una cita.

—Yo estaré contigo, así que no te pongas tan nerviosa —fue lo que Ino le dijo para calmarla un poco.

Pero Hinata no estaba segura si realmente podría con todo eso porque ni siquiera sabía con quien tendría una cita, se supone que allí recién lo conocerá y eso le aterraba más. Sin embargo, a pesar de sus muchas dudas, ella cumpliría con la apuesta que hicieron. Después de todo, solo era tener la cita, no que volverían a salir, así que solo debía soportar el tiempo que duraba dicha cita y todo volvería a la normalidad.

—Aquí es señoritas —dijo el conductor al detener el auto frente al edificio, donde indicaba la dirección que le dieron.

—Muchas gracias —sonrió abriendo la puerta para bajar, ayudó a su amiga a salir y cerro la puerta despidiéndose del conductor, quien volvió a su ruta— ¿Estás lista, Hinata? —preguntó, su voz rebosante de entusiasmo mientras la tomaba del brazo para así entrar juntas. 

La peliazul se aferraba a su bolso con nerviosismo, pero asintió con determinación— S-sí, lo estoy, Ino. 

—¡Genial! ¡Vamos entonces! 

Entraron al edificio y fueron recibidas por una señorita que les pidió amablemente que dieran sus nombres.

—Yamanaka Ino y Hyuga Hinata.

—Muchas gracias —dijo viendo su lista y comprobar que si estaban—. Pronto comenzará su cita, por favor síganme.

—¡Esto va a ser genial! ¡Ya verás que te divertirás mucho! —exclamó mientras tomaba la mano de su amiga con un gesto de apoyo.

CITA A CIEGASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora