Stripper

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Estaba en un club con mi mejor amigo Georg, no es por presumir pero soy el gran mafioso de toda Alemania, o sea que donde me encontraba no era para gente corriente. Estaba viendo a esas putas bailarinas en los tubos haciendo movimientos "sensuales", por lo menos a mi no me excitaban.

Mucha gente lanzándoles dinero y yo serio en mi lugar viéndolas con asco, cuanto les apuesto que están mas manoseadas que fruta de mercado, pero en fin, ese eso su trabajo, no?.

-Están buenísimas! -dijo Georg casi que babeando-

-Si tú lo dices...

-Que te pasa? Siempre te agarras a una y te la llevas, por que ahora estás así? -pregunto mirándome-

-No me activan el pene. -dije tomando un gran trago-

Antes de que Georg pudiera decir algo, las chicas se despidieron y se apagaron las luces, termino? Suspire y se comenzó a escuchar otra canción, otras putas más? Vi como una silueta comenzaba a caminar hacia el largo tubo, y cuando llegó se prendieron las luces, quede flechado.

Me sorprendí al ver que era un chico, un poco pequeño de edad para este trabajo (16 años), cabello negro y su traje le hacía demasiado bien, tenía una mini falda negra con mallas hasta los muslos del mismo color, también tenía un collar con un cascabel. Veía sus movimientos lentos, sus piernas delgadas y blancas moviéndose alrededor del tubo, la gente como loca tirándole dinero, este Niño tenía que ser mío.

-Lindo, no? -golpeó mi brazo con su codo-

-Es hermoso... -dije aún embobado-

-Creo que se llama Bill Kaulitz... es reconocido por parecerse mucho a una chica. -me mordí el labio-

-Necesito sentirlo. -dije seguro-

-No se si ofrece esos servicios... inténtalo -dijo-

Su cuerpo delgado y flexible bailando sensualmente, hacia gestos en su cara que me hacían enloquecer, pero todo paro cuando conecte miradas con el. Vi sus hermosos ojos con sus párpados negros con un brillo especial, me sonrío y yo le guiñé el ojo jugando con mi piercing.

Al terminar su presentación solo se escuchaban aplausos y silbidos, me levanté de mi asiento y me valió lo que me dijera el resto, iba a hacerlo mío hoy.
Caminé hacia los vestidores de las bailarinas y el guardia que se encontraba allí me paro. Lo mire desafiante y cuando me pudo reconocer me dejo pasar, sonreí victorioso.

Vi a algunas muchachas con sus trajes reveladores, algunas maquillándose o retocándose, me miraron extrañadas pero yo estaba buscando a ESE niño.

-Donde está el chico pelinegro? -pregunte serio-

-Bill?... está en su camerino -contestó una chica, apuntó hacia una puerta no muy lejana y solo asentí, me dirigí hacia el lugar-

Entre sin tocar la puerta, ahí lo pude ver. Lo vi acomodando unas cosas o no se que hacía pero volvimos a conectar miradas nuevamente.

-Q-Que hace aquí? -pregunto, su dulce voz me dejo aun más enamorado que antes-

-Me dejaste con las ganas. -conteste mientras me acercaba a él amenazadoramente cerrando la puerta detrás mío-

-N-No entiendo... -intento retroceder pero choco con su tocador-

Cuando al fin lo tuve cerca mío, comencé a besar su suave cuello, su aroma era tan delicioso... quería romperlo en dos.

-Y-Yo no ofrezco estos servicios... -dijo tratando de retener sus gemidos, puso sus manos en mi pecho tratando de alejarme, cosa que no funcionó-

-No me interesa, si yo te quiero te voy a tener por las buenas o las malas, entendiste? -le dije mientras lo miraba fríamente a sus hermosos ojitos-

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