¡Hola!
Los personajes de la historia, Ruga y Leo, pertenecen a Alba (@kalisdice) de su novela: Cuando vimos la luz. Si quieres conocer más sobre ella visita su perfil que se encuentra al final de la página ^_^
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—Me introdujo los dedos con una lentitud que me hacía pedir más. Mi cuerpo se estremecía, gritando en mi interior, y solo quería decirle que siguiese. —Ruga alzó la vista del libro un segundo—. ¿Sigo?
Leo tragó saliva mirando al techo del salón, que ahora le parecía la cosa más interesante del mundo.
—¿Leo? —La voz de Ruga le sacó un momento de sus pensamientos, unos pensamientos que no sabía si estaba dispuesto a compartir ahora mismo. —¿Sigo? —repitió.
Asintió con los labios apretados y Ruga volvió a alzar el libro hasta que solo veía su cabello negro todavía mojado de la ducha y unos ojos claros como el cielo fijos en las palabras de aquella novela.
No sabía en qué momento fue buena idea, ni si la pregunta de Ruga tuvo otra intención más allá del mero entretenimiento, pero es que cuando le propuso leer un poco antes de la cena lo último que pensaba es que fuese a tomar ese libro y mucho menos que él se lo leyese. Pero ahí estaba, desnudo, mojado, y encima de él.
Había sido un día duro, de esos que no te apetece recordar, así que cuando Ruga le ofreció una noche tranquila, con cena precocinada y un buen baño aceptó sin ninguna duda. Le gustaban esos momentos con él, en los que solo estaban los dos, porque incluso aunque a veces no paraba de hablar y su mente comenzaba a divagar sin querer se sentía bien. Escuchar su voz le hacía sentirse así: en casa. No solo era un habitáculo sin más, Ruga lo dotaba de vida, de sus recuerdos, de momentos que querría guardar para siempre, y este sería uno de ellos.
Leo fue el primero en ducharse y cuando salió con la toalla envuelta en su cintura y con una más pequeña secándose el pelo no se percató de la sonrisa de oreja a oreja que Ruga tenía mientras le miraba desde el sofá. Solo cuando se giró se fijó en cómo le observaba, de arriba abajo, sin perderse ni un detalle. No dijo nada, pero se relamió a sabiendas de que Leo le estaba viendo.
—Voy a tener que ir yo a la ducha —dijo antes de quitarse la camiseta ahí mismo en el salón—. Ha subido bastante la temperatura en estos últimos veinte segundos.
—Puedo abrir una ventana para airear un poco. —Fue directo a esta, pero al escuchar la risa de Ruga se giró, justo a tiempo de ver cómo se bajaba el pantalón—. Ru...
—Dime. —Su sonrisa le desconcertaba, porque normalmente cuando él se desnudaba de aquella forma significaba una cosa, pero ahora o no entendía las señales o Ruga le estaba dando las equivocadas.
—Na-nada.
—Bien.
Dejó la ropa en el reposabrazos del sofá y tomó los calzoncillos para bajárselos un poco. A Leo comenzaron a arderle las mejillas y se percató de que se le había cortado la respiración; pero aún más cuando Ruga se los volvió a subir y se colocó un dedo en los labios, pensativo.
—Mejor me los quito en el baño, no voy a dejar todo tirado por ahí. —Se encogió de hombros y recogió su ropa—. Puedes esperarme ahí en el sofá si quieres, no tardaré.
Y desapareció por la puerta, dejándole ahí solo. Miró al sofá y luego de nuevo a él, moviéndose ligeramente para asomarse al baño. ¿Y si era una forma que no entendía para decir que fuese con él? A veces Ruga jugaba con dobles sentidos que aún no comprendía del todo y no sabía si ese era uno de ellos. Pero le dijo que esperase en el sofá así que... sería eso lo que quería.
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Portafolio de Comisiones
Random¿Quieres dar vida a tus OC's en un mundo nuevo, llevarles de escapada romántica o probar cómo habría sido si hubiesen tomado otra decisión? No se lo pidas a una IA, ¡pídemelo a mí! Por un módico precio puedo escribir para ti la historia que desees...