Bang Chan es el chico más popular de toda la escuela secundaria, es capitán de los Sky Blue, es uno de los mejores jugadores de fútbol americano de todo el condado siendo una gran promesa. Tiene acostones con los omegas y las omegas más atractivos d...
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— Omega...— gime, siente su cuerpo arder.
— Debes calmarte alfa...— una suave voz le dice y cuando la oscuridad desaparece de sus ojos, sonríe ante la preciosa vista.
Unos ojos cafés profundos lo envuelven, unas manos delicadas y suaves envuelven su rostro. Gime ante la sola sensación, todos sus sentidos se sienten despiertos y el aroma reconfortante lo envuelve. El peculiar omega se para en la cama y comienza a desvestirse, le sonríe desde arriba y él admira desde abajo con una gran sonrisa.
Él dice algo a lo lejos y frunce su ceño, una música se escucha de fondo y cuando el omega está por quitarse la última prenda...
— ¡Despierta maldito infeliz! — el grito de su hermana lo hace saltar en su cama y un fuerte almohadazo lo golpea desde detrás. — ¡Llevo media hora con Metallica de fondo para que despiertes! — Mina se queja y se tira detrás de él en su cama. — Dioses, ¿por qué tu cama huele a omega? ¿metiste una omega en la noche? Eso explicaría porqué no despertabas...
— ¿Qué? — se queja y hunde más su rostro en la almohada que apenas contiene una débil pizca del aroma que lo vuelve loco. — ¡No! ¡Mina-! — ni siquiera sabe que decir así que solo resopla y toda una almohada para tirársela a su hermana en el rostro y lo logra cuando ella se queja entre risas. — Solo no lavé las sábanas.
— ¡Oh, mierda! — Mina salta de la cama y comienza a gritar, Chan ríe y cubre su cabeza con una almohada. — Mierda, mierda, ¡mierda, Chan, eres un cerdo! — ella se queja y se sacude la ropa. Rueda sus ojos con diversión y se incorpora para reírse.
— No tuve sexo con él. — se encoge de hombros y ella lo mira como si tuviera ocho cabezas. — Solo no lo sé, mi alfa despertó y no me deja lavar las sábanas por el aroma...
— Así que es un él...— ella dice y se sienta en un salto sobre el borde de la cama, a sus pies. — Deberías consultar lo de tu alfa, los lobos no deberían despertarse. Esas cosas no se ven hace años, Chan.
Chan asiente pensativo y contempla el blanco techo de su habitación. Eso es cierto. Los alfas y omegas hoy en día no tienen tanta conexión con sus lobos como salían hacerlo hace unos años atrás, ya ni siquiera existen las transformaciones. Sí existe a lo que se le llama lobos puros que normalmente viven en manadas y aun poseen el don de transformarse y conectar con sus lobos, pero Chan cree que eso es un mito porque jamás en su vida ha conocido a algún integrante de alguna manada.
— Tal vez solo me esté volviendo loco. — bromea para aligerar la situación y quitarle importancia. La omega ríe y niega de forma cariñosa.
— Lo que sea es mejor que lo arregles o llegarás tarde a clases y me harás llegar tarde a mis clases de francés. — arruga su rostro y Mina rueda sus ojos.
— Tienes tu propio auto. — se queja y la omega se encoge de hombros.
— Un bache lo rompió y ahora ya no tengo auto hasta la próxima semana. — ella se queja y cierra la puerta de su habitación. — ¡Levántate o te mojaré con agua helada! — Mina grita y Chan ríe con su cara entre las almohadas.
