OO7.

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Caminando por el borde de la alberca, Jin se puso a pensar en los dos días que llevaban ahí. Su relación con Jungkook no había cambiado mucho, solo se saludaban de vez en cuando y no compartían momentos, aparte de los que pasaban en la habitación.

Ji-eun parecía ser la más alegre y feliz. Salía con el pelinegro a todas partes y se ponía orgullosa al ver cuántas tipas deseaban a su hombre, pero ella era la única a la que su novio miraba.

Su madre y su padre no parecían haber cambiado mucho, siempre estaban juntos y disfrutaban los momentos que pasaban en pareja.

Suspirando, se puso a ver la cristalina agua de la piscina viendo su reflejo en esta, llevaba una camisa a rayas larga y unos shorts negros hasta su rodilla, aún no se probaba el short que su hermana le había regalado y ella no parecía darse cuenta, mejor para él.

—¡Cuidado!

El chasquido de algo cayéndose al agua fue todo lo que se escuchó por unos segundos, después de eso la personas que rondaban ese lugar siguieron actuando como si nada.

Por su parte, Jin intentaba sostenerse del fuerte cuerpo al frente suyo, intentando no ahogarse mientras pataleaba rápido, no sabía nadar y su padre no estaba cerca, ¡Mierda!

—¡Hey, hey! Tranquilo, la piscina no es muy alta, puedes pararte. —una cálida voz hizo que alzara la vista, viendo a un tipo rubio muy atractivo al frente suyo.

Mirando hacia abajo, el castaño intentó llegar el piso, dándose cuenta que el agua solo le llegaba hasta los hombros. Sonrojándose, se cubrió el rostro recibiendo una risita por parte del extraño.

—Ves, no es muy alto. —el castaño quitó las manos de su cara para ver al sujeto, lanzándole una mirada tan penetrante que podría cabaret un hueco en el hombre delante suyo.

—¡Deberías de tener más cuidado!

Sus ojitos se llenaron de lágrimas antes de empezar a caminar, resbalándose cuando hubo una plataforma que bajaba y hacia que la alberca fuera más honda.

—¿Estás bien?

Unas manos lo atraparon por los hombros, sintiendo un pecho húmedo en contacto con la tela de su camisa.

—S-sí, gracias, puedo solo. —alejó las manos de su cuerpo para darse la vuelta y dirigirse hacia él otro lado.

—No es por molestarte pero la escalera está por acá. —el rubio indicó una escalera de acero a dos metros de dónde él estaba, mostrando una sonrisa cuadrada al ver el sonrojo del castaño.

—Ya lo sabía.

Gruñendo, Jin se dirigió a la escalera, subiendo ni bien puso un pie en el primer peldaño, escurrió el agua de su ropa e intentó avanzar, pero no contó con que sus pies estaban demasiado húmedos al igual que el suelo, por lo que se resbaló y cayó en dirección al agua, pero unos fuertes brazos cogiendo su cuerpo se lo impidió.

—Esto es demasiado cliché. —se burló el desconocido antes de subir las escaleras con Jin en brazos.

Se dirigió a una de las camillas blancas que había ahí, dejó el cuerpo del castaño recostado en esta antes de taparlo con una toalla, al parecer suyo.

—¿Te encuentras bien? ¿Te has lastimado? 

Negando, Jin desvió la mirada de su rostro, para ahora centrarse en el cuerpo del rubio. ¡Joder! ¿Que rayos tenían los hombres con tener un cuerpo de infarto? El tipo estaba más bueno que la comida de su madre, su pecho estaba marcado y en su abdomen había un six pack multiplicado por mil, sus muslos se veían fuertes y su.. oh Jesús! No debió ver eso, se notaba a leguas el bulto en el short del tipo, la tenía grande, de eso estaba seguro.

—¿Ya terminaste de escanearme? —el rubio miró divertido al menor, le parecía tierno el como sus orejas se ponían rojas.

Colocándose una toalla alrededor de su cintura, el desconocido se sentó al frente suyo.

—Lo lamento por lo de antes, quería coger la pelota que mi amigo me había lanzado pero no medí mis pasos, y caí en dirección tuya. —su nariz le iba a crecer, no tenía amigos en ese lugar, y no había pelota.

La única razón es que al ver a un chico tan lindo como lo era el castaño, no pudo evitar dirigirse hacia él, pero unos mocosos jugando lo habían empujado hacia el lindo castaño, y en parte se los agradecía.

—Hmm.. está bien. —aceptó Jin, cubriéndose aún más con la toalla, empezaba a sentir frío.

Viendo el delicado cuerpo temblar, el rubio se levantó de su sitio para ir por su chaqueta, colocándolo al frente de Seokjin.

—Ten, para que no sientas frío.

Con sus ojitos abiertos, Jin cogió la chaqueta antes de ponérsela, abrigaba mucho y olía rico, olía a perfume caro y a hombre.

—Soy Kim TaeHyung ¿Tú eres...?

—K-Kim SeokJin.

—Es un gusto, Kim SeokJin.

﹫ ꒰ KookJin ⨟ Fake Love ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora