°CAP 3°

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Roma—Italia.

Vi a varias chicas pasar con la cabeza baja murmurando cosas, mientras atrás de ellas venía la delegada con varias cosas en sus manos, y como todos los días parecía enojada.

Que acaso no sonríe.

Movi mis pies de un lado a otro tratando de distraerme mientras Olga salía de la dirección, no pude entender mucho de camino pero creo que es la cuota del colegio.

Ya tuvieron este problema como cinco meses atrás, y es que el papá de Olga, si es que se le pude llamar papá por que creo que es lo último que será el, es un alcohólico, y digamos que no le importa mucho Olga la última vez que lo vi en el colegio fue hace tres años y era para retirar en dinero que gano Olga en las Olimpiadas, lo cual el lo gasto en más alcohol.

Tal vez se volvió a atrazar con la cuota o no quiso pagar y mejor lo dejo para sus vicios, lo cual me da miedo, si es que el no vuelve a pagar la cuota a Olga se le puede expulsar, quisiera ayudarla pero nosotros casi no tenemos ni para pagar la comida que comemos, otra preocupación más, e hecho todo para ayudar a mamá, después del colegio tengo un trabajo de cuatro horas en una librería que está cerca de casa, el pago no es de presumir pero he logrado pagar todos mis gastos, y lo que me sabrá se lo doy a mi madre, no es mucho pero es algo.

Le e dicho muchas veces para que consiga trabajo pero su padre es muy estricto con ella, no la deja salir para nada, por eso siempre que hacemos algo juntas me toca ir a escondidas a su casa por que su padre no acepta visitas, pero lo que no se ve, no pasó.

Una de las puertas se habrío dejando ver una figura.

Olga salió de ella con una cara totalmente roja, las pocas veces que se volvia toja era por que varias veces evito defecar en el colegio, y eso no terminaba bien, termiba con Olga en el baño durando una hora con diarrea.

Apretaba fuertemente la mandíbula, pasó a lado mío sin siquiera dirigir una mirada o palabra, esa es mi señal de seguirla.

La seguí despacio hasta poder llegar a su lado, estaba tensa, muy tensa, necesitaría escoger bien las palabras que diría por que si fuera a decir algo malo, una bomba nuclear explotaría en mi cara.

—.¿Todo bien?— pregunte— ¿Que fue lo que te dijo?

Soltó in bufido como respuesta.

Nos dirigimos a la clase de música en donde solíamos irnos para desahogarnos, abrió tan fuerte la puerta que empecé a sentir pena por ella.

—.Es una maldita zorra— arrojo su mochila lejos de nuestra vista, agarrándose el pelo se dirigió a una de las sillas para sentarse en ellas.

—.¿Que paso?— me acerque a ella dejando mi mochila en la mesa.

—.¡Ya le he dicho que le iba a pagar la matricula!— el grito retumbó en mis oídos que me preocupe por quedar sorda.

—.¿Que dijo?— sobe mi oreja sintiendo un pitido en esta.

—.Dijo que si no pagaba para mañana me expulsarian— bajo la cabeza empesando a mover sus pies de un lado a otro.

—.¿Y el?— indague con la esperanza de recibir una respuesta positiva.

—.El es una mierda— enoja algo la vista asía mi.

Seducción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora