7- No Miento

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Nota de la autora:

DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.

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Ahora si comencemos

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—Voy a contarles desde el principio...—les digo—Mi padre... antes de que empezara todo esto de las criaturas, me regaló un libro antiguo y unos collares a mi madre. Luego, cuando las criaturas llegaron hasta aquí y los...

¡Yo puedo! Tengo que decirlo, es ahora o nunca.

Respiro profundo y vuelvo a hablar.

—...y los mataron...

Abro los ojos impactada. Lo he dicho, después de tanto tiempo. Por fin puedo decirlo en voz alta. Es un avance para mí.

Nicolás me mira perplejo, nunca le había dicho nada sobre mis padres. Supuse que él ya lo sabía o que su papá le había dicho pero al parecer no, Daelyn seguía como si nada y el señor Daniel parecía preocupado pero eso no me desanimo.

—Un día después, uno de los collares de mamá, el morado, empezó a brillar de la nada. Este es el collar —digo mientras lo saco de detrás de la playera y se los enseño—. Luego, se fue volando... bueno, flotando hacia donde estaban mis padres y los absorbió, algo así, se volvieron cenizas y luego lo absorbió. Pueden pensar que es una mentira, pero no lo es.

Espero alguna reacción, pero ninguna llega. Nicolás me mira con el ceño fruncido, el señor Daniel parece pensativo y Daelyn está fascinada.

—Además, el libro que me regaló papá tiene información sobre eso. Hay 9 gemas... las llaman gemas del universo en el libro. Son de color morado, rojo, azul, celeste, rosa, blanco, negro, amarillo y verde —explico rápidamente—. Tengo 4 de ellas y... también decía que tenían habilidades, como poderes. ¡Hice que un libro flotara!

Nicolás me mira divertido por lo último, parece que no me cree... ¡Pero estoy diciendo la verdad!

—Hoy estoy oyendo muchas locuras —comenta.

—¡No es una locura! —me defiendo, pero luego caigo en cuenta de que SÍ lo es y bajo la mirada avergonzada—. Bueno, sí, pero de verdad lo hice.

—¿En serio? ¿Puedes hacer flotar las cosas? —pregunta Daelyn entusiasmada.

Levanto la mirada y automáticamente sonrío. Alguien que me cree.

—Sí, puedo —afirmo rápidamente—. Es difícil, pero puedo.

El señor Daniel, que sigue pensativo, mira a Daelyn y luego a mí como si considerara creerme, pero luego niega con la cabeza.

—Deberías ir a descansar un rato. Has estado mucho tiempo fuera —sugiere.

¿En serio? Ahora por salir afuera piensan que estoy delirando.

Él se levanta del sofá lentamente y Nicolás también lo hace. Daelyn y yo seguimos sentadas, observándolos.

Tardo unos segundos en procesar que se están yendo y aún no he terminado de contarles todo.

Me levanto de un salto.

—¡No! Quédense. Puedo mostrarles lo que sé... por favor —suplico.

Todavía me falta contarles sobre la propuesta de Erick y sobre que a él también le ha pasado lo mismo. No soy la única.

—Nahomi... —comienza el señor Daniel, pero lo interrumpo.

—Por favor —insisto.

—Está bien —dice el señor Daniel, resignado, y se sienta nuevamente.

La gema mistica (primera versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora