Las primeras clases fueron aburridas y pesadas, casi iguales. Eran pura presentación y tenían que salir delante de todos para contar cosas completamente innecesarias sobre si mismos, cuando realmente solo harían un círculo de tres o cuatros amigos y nunca piña con el resto, pese a que profesores o otras personas externas al alumnado intentaran eso. Llegó la hora del recreo, cadascuno tomó su desayuno y algunos grupos se empezaron a formar. Era obvio que Fang y Amber comerían juntos, pues, se habían pegado pero parecían llevarse bien.
- ¡PORFAVORRRR, DAME ALGO!
- Cállate. —La miró y sonrió— Venga toma.
- Oooh, ¡gracias Fang! —Le devolvió la sonrisa—
Colette se acercó a ellos dos tímidamente. No conocía a nadie más que a su hermano, y ya que había tenido una ¿''conversación''? con ellos, pensó que quizás podría darles una mejor impresión y caerles bien, hasta el punto de llegar a ser amigos.
- Eeeh... H-hola...
- ¡Hola! Escucha, ¿Cómo te llamabas?
- Soy Colette... Ehm...
- Oye, tranquila. ¿Quieres comer con nosotros?
- Sí... Osea... ¿Puedo?
- Claro.
Amber le ofreció un sitio entre ellos dos, el cual le costó aceptar. Al fin se sentó, y Amber, igual de emocionada que cuando se vieron por primera vez, le hizo preguntas un poco más calmadamente.
- Oye, ese de tu hermano... ¿Cómo se llamaba?
- Ni idea de si quiere que sepáis su nombre.
- ¿Tanto por un nombre? Al fin y al cabo, cuando pasen lista lo dirán en alto. —Dijo Fang—
- Verás... Es que el director es nuestro padre y ya sabe si venimos o no.
- Ooh... Bueno, bueno. ¿Y qué está haciendo ahora?
- Probablemente está sumido en sus oscuros pensamientos o diciéndose mierda a si mismo.
- Es verdad, hoy iba de negro. ¿Siempre es así o qué?
- Hoy iba de negro, ayer fue de negro y mañana irá de negro. Hum, lo único que no tiene de negro es su piel.
Los amigos se rieron, probablemente una chica como Colette les hacía falta en su grupito, y alguien como Edgar podría ser quien los uniera. Estuvieron gastando bromas y hablando durante todo el recreo mientras el chico emo les miraba desde lejos. Estaba controlando que no le pasara nada a su querida hermana, que se divirtiera y que no la tacharan de rara o la insultaran. De momento le parecía todo correcto aunque la gente con la que se juntaba le daba mala pinta. ¿Y si el de pelo azul se enojaba y le daba por golpearla? ¿Tenía que entrar él en la pelea? Escondió su cara dentro de la bufanda mientras reflexionaba. No se dio cuenta de que una chica de estatura media, que llevaba un chicle en la boca y un bate en su mano se le acercaba.
- Oye tú. ¿Juegas béisbol? —Edgar levantó su cabeza y la miró.—
- ¿Qué?
Preguntó muy confundido, le daba algo de miedo por el bate y la pinta de chunga que tenía, pero simplemente le pedía para jugar deporte, aunque probablemente diría que no porque era un negado.
- Qué si juegas bésibol. Es que... Nadie quiere jugar conmigo y, no sé, te ves solo aquí.
- Estoy bien. —Reflexionó sobre lo que acababa de decir. ''Nadie quiere jugar conmigo'' Dios, le recordaba tanto a si mismo...—
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𖤐⭒๋࣭ ⭑ 𝐃α𝗋𝗄 𝖿𝖾𝖾ᥣ𝗂𐓣𝗀𝗌 🃚 ⛓
Fanfiction❝¿𝐀 𝗊υ𝖾 𝖾ᥣ 𝗃υ𝖾𝗀ⱺ ᑯ𝖾 ραᥣαᑲ𝗋α𝗌 𝖾𝗌 ᑯ𝗂𝗏𝖾𝗋𝗍𝗂ᑯⱺ? ❞ - 𝐄𝗌𝖼𝗋𝗂𝗍ⱺ𝗋 𝗌𝗂𐓣 𝖿υ𝗍υ𝗋ⱺ ⋆。゚☁︎。⋆。 ゚☾ ゚。⋆ 𝐋ⱺ𝗌 𝗌𝖾𐓣𝗍𝗂ꭑ𝗂𝖾𐓣𝗍ⱺ𝗌 𝗌ⱺ𐓣 υ𐓣α 𝖾𝗌𝗍υρ𝗂ᑯ𝖾ƶ. 𝐘 𝗌𝖾𐓣𝗍𝗂𝗋 αᥣ𝗀ⱺ ρⱺ𝗋 αᥣ𝗀υ𝗂𝖾𐓣, 𝖾𝗌 αú𐓣 ꭑá𝗌 𝖾𝗌𝗍úρ𝗂ᑯⱺ. 𝐏𝖾𝗋ⱺ...