Pija-mada. Jaja. (Ignoren mi sentido del humor) Y sí, la canción es necesaria, ¿ok?
Tomaron los mandos de la consola con intención de jugar. El chino encendió y preparó todo, mientras su amigo le contemplaba y comía de aquello que había dejado en la mesa. Cuando estuvo todo listo, empezaron una partida. Obviamente, el peliazul empezó bastante mejor que el otro, que no parecía preocupado. No conocía muy bien el juego, pero sabía que no supondría un problema, porque en breve le superaría. Y eso hizo. El contrario parecía impresionado, algo picado también, puesto que no tenía gente con la que jugar no se imaginaba como sería la experiencia de conocer a alguien mejor que él.
- ¿Es en serio? ¿Hay algo que no se te de bien?
- Cosas sociales. No me gusta socializar. No sé hacer amigos.
- Pero yo soy tu amigo, ¿no?
- Supongo que sí. ¿Eres mi amigo?
- Lo soy. -Le dio un golpe suave con el codo, a lo cual Edgar sonrió.-
Jugaron durante bastante tiempo, el juego no era demasiado aburrido ni repetitivo, así que podrían haber estado así durante horas. El menor tenía un buen control sobre los mandos, y hasta podía comer mientras jugaba. Por el contrario, Fang, estaba claramente desesperado, cambiaba de posición constantemente, como si eso influyera en el personaje del juego. Le daba muy fuerte a los botones del control, lo que no ayudaba mucho, pero pensó que así iría más rápido. Edgar le miraba y se reía, a modo de broma.
- ¿Ajá? ¿Te parece muy gracioso?
- Es que si lo es. Eres malísimo.
- ¡No es verdad! ¡Estoy calentando!
- Que te estás calentando dices. -Dijo, con una sonrisa pícara. Fang parecía ofendido.-
- ¡Qué no!
El emo parecía divertido. El otro también se lo pasaba bien, estaba feliz de que el chico se abriera con él y estuviera seguro de decir todo lo que quisiera decir, creando un ambiente de comodidad y confianza entre ellos, lo que los hacía sentir bien. Pasaron unos dos horas o así, hasta que el asiático pensó en comer. Su amigo también tenía hambre, pero no iba a decírselo así como así. El mayor paró el juego, ante la mirada del otro, que le volvía a sonreír de aquella manera. Pensaba que estaba cansado de perder tanto y que la había parado para descansar un poco y ''aplastarlo después del calentamiento''.
- ¿Tan fácil te rindes?
- Cállate. ¿Quieres algo de cenar, aparte de comida basura?
- Ah, comida. no, no tengo hambre.
- En realidad me da igual. Vas a comer de todas formas.
- ¿Por? Va en serio, no tengo hambre.
- Estás delgadito.
- Así quiero estar. -Fang le miró apenado.- ...Como sea. Voy a comer algo, venga, pide lo que te apetezca.
Entonces Fang tomó su teléfono para llamar a un sitio de comida a domicilio. Obviamente, era de esos lugares que vendían comida china, de esa que ya había llevado a probar a su amigo, y no parecía que le había desagradado. Empezó a decir nombres de platillos que Edgar no podía determinar de cual se trataba, creándole una intriga que podría saciar en un tiempo, y cuando terminó, Fang decidió apagar la consola que seguía pausada y preparar una mesa más cómoda. El de la bufanda intentó ayudarle como pudo, pero no logró entender la disposición de la vajilla, así que lo dejó estar.
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𖤐⭒๋࣭ ⭑ 𝐃α𝗋𝗄 𝖿𝖾𝖾ᥣ𝗂𐓣𝗀𝗌 🃚 ⛓
Fanfiction❝¿𝐀 𝗊υ𝖾 𝖾ᥣ 𝗃υ𝖾𝗀ⱺ ᑯ𝖾 ραᥣαᑲ𝗋α𝗌 𝖾𝗌 ᑯ𝗂𝗏𝖾𝗋𝗍𝗂ᑯⱺ? ❞ - 𝐄𝗌𝖼𝗋𝗂𝗍ⱺ𝗋 𝗌𝗂𐓣 𝖿υ𝗍υ𝗋ⱺ ⋆。゚☁︎。⋆。 ゚☾ ゚。⋆ 𝐋ⱺ𝗌 𝗌𝖾𐓣𝗍𝗂ꭑ𝗂𝖾𐓣𝗍ⱺ𝗌 𝗌ⱺ𐓣 υ𐓣α 𝖾𝗌𝗍υρ𝗂ᑯ𝖾ƶ. 𝐘 𝗌𝖾𐓣𝗍𝗂𝗋 αᥣ𝗀ⱺ ρⱺ𝗋 αᥣ𝗀υ𝗂𝖾𐓣, 𝖾𝗌 αú𐓣 ꭑá𝗌 𝖾𝗌𝗍úρ𝗂ᑯⱺ. 𝐏𝖾𝗋ⱺ...