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~Lunes 7 de junio de 2021.

La semana empezó dura en muchos sentidos, la madre de Lucy se puso peor siendo llevada al hospital trasladándola a planta. Lucy informó por el grupo a sus amigos, todos la apoyaban, sin embargo, al día siguiente tenían un examen súper importante, si suspendían iban directamente a la recuperación de este, por lo que Erza y Juvia siguieron estudiando en casa de la pelirroja mientras que Gray ni había mirado el móvil, estaba concentrado en terminar de aprenderse el temario.

Por un lado, como Lucy y Natsu estaban en otra clase no tenían examen hasta el miércoles, seguido de otro el jueves y el viernes.

El pelirrosa fue al hospital a hacerle compañía. Buscaba la planta y la habitación indicada cuando al pasar por una de las puertas divisó una cabellera rubia familiar para él.

Primero tocó y su amiga fue a abrirle tirándose a sus brazos. Él le acarició el cabello intentado calmarla, no le gusta verla así de triste.

-¿Qué pasa si muere? – dijo entre lágrimas pegándose más a su torso.

Natsu la separó de su cuerpo para que lo mirara directamente a los ojos. Se le hizo un nudo en la garganta al ver esos ojos cafés, rojos, empapados en llanto y un pequeño dolor apareció en su corazón por la mirada rota que tiene.

-Mi padre me enseñó que las personas que apreciamos siempre estarán con nosotros, tienes que mostrarles cómo creces, mirar hacia el futuro y tener metas que cumplir, ese es el poder para vivir.

Lucy elevó las comisuras de sus labios un poco, muy poco. Su padre, el señor Igneel, es muy sabio.

Natsu la abrazó y ella se dejó envolver por sus cálidos brazos. Necesitaba esos abrazos en demasía, la hacía sentir segura y protegida.

Natsu y Lucy pasaron todas las tardes en el hospital estudiando. La madre de Lucy, Layla, lucía cada día mejor, menos pálida y no dormía tanto. Poco a poco se la veía más animada, parece ser que se llevaron un susto a principios de semana pero que había mejorado con los días.

Erza, Juvia y Gray le preguntaban cada día en la hora del descanso qué tal se encontraba, tanto ella como su madre. A pesar de no poder acompañarlas ellos se preocupaban por ambas. Lucy sonrió satisfecha con su grupo de amigos, son los mejores.

Por otro lado, el instituto estaba revuelto, no se paraba de hablar de la fiesta de fin de curso, es el sábado próximo, diciéndose entre ellos quienes iban a ir, cómo van a ir vestidos y lo más importante, con quién van a ir, si solos o acompañados.

Kagura insistió en ir con Gray, pero él le dijo que no sabía siquiera si iría aliviando el corazón agitado de Juvia. Gray sí que irá, más prefiere no decir nada todavía. A Juvia la invitó Lyon, no obstante, ella lo rechazó, no se le apetece ir en pareja prefiere pasarlo bien sin andar preocupándose por ello.

Erza tenía todo un séquito detrás de ella insistiéndole cada uno en acompañarla, le ofrecían de todo, desde ramo de flores y bombones, hasta viajes. Se planteó en aceptar porque le encanta viajar, pero no le gusta aprovecharse de las personas por lo que el chico se llevó una negativa de la delegada de clase.

Lucy no tenía ánimo para fiestas así que de momento no irá, Natsu opina igual aunque ganas no le faltan. Los demás tampoco lo tenían del todo claro, no irán a una fiesta sin la mitad de su grupo y más si uno de ellos no lo está pasando bien.

Esa noche, Erza paseaba por un lago que hay a unas pocas paradas en metro de donde vive, le gusta admirar la luna reflejada en el agua. Se sentó durante un buen rato. Su cabeza insistía en que debería irse un tiempo. Necesitaba salir de Madrid y vivir experiencias en lugares y personas diferentes.

Tiempo entre AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora