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~Sábado, 3 de julio de 2021.

Todos habían madrugado para coger el autobús de camino a Akane Resort. Se quedaron dormidos durante el trayecto, fueron tres largas horas. Juvia cogió la mano de Gray y se recostó sobre su hombro. Natsu estaba apoyado en los muslos de Lucy mientras que ella tenía su cabeza junto al cristal. Erza era la única que estaba despierta mirándolos, tiene la sensación de que lo pasarán bien, y al mismo tiempo, un sentimiento extraño le invade, incomodándola, no sabe qué es.

El tiempo se sentó junto a ella, le transmitió nerviosismo por lo que roció sobre la pelirroja un frasco de tranquilidad, así como suele estar. Sus párpados querían cerrarse, pero un mensaje en su móvil llamó su atención. Era Meredy, le daba los buenos días.

Se habían vuelto cercanas, hablaban todos los días y casi todo el día, quedaban a menudo y de vez en cuando hacían travesuras en casa de la pelirrosa. Se llevan de perlas, a la vuelta de ese viaje la invitará al cine.

Cuando llegaron tuvieron que caminar un poco, Lucy se quejaba de los mosquitos que ya iban a por su sangre dulce, Natsu intentaba matarlos. La rubia gritaba cada vez más molestando a Gray, ¡esos gritos desde por la mañana no! Juvia cogió del brazo a Erza y salió corriendo en dirección a la cabaña, se veía a lo lejos. Erza como podía llevaba las maletas, se nota el gimnasio en Juvia porque corre como si nada.

Llegaron a la estancia y allí se encontraban una anciana de pelo rosado con cara amarga y una niña pequeña que no debe tener más de trece años.

-Bienvenidos, me llamo Wendy Marvell y ella es mi abuela Grandine, dueña de estas instalaciones. Les enseñaremos su habitación, ¿cuál es el número de su reserva?

Erza lo miró en la pantalla de su móvil: el 302D.

Siguieron a ambas, aunque Grandine daba bastante respeto, no hacía falta que dijera que si rompían algo o armaban escándalo los echarían. Es más, con esa mirada parece que no le gusta la compañía de nadie excepto la de Wendy.

La cabaña en sí no es grande, tiene lo necesario para los cinco. Dos habitaciones, un baño y una pequeña cocina. Wendy les explicó que a unas calles también tienen un bar-restaurante, luego está el pueblo. En unos días será la feria, habrá atracciones y actividades donde divertirse, por último, se encuentra un bosque muy bonito y nada peligroso.

La pequeña peliazul les dijo que si necesitaban algo más estarían en el bar.

-¡Se me olvidaba! – chasqueó los dedos regresando con ellos – estamos terminando de hacer las aguas termales, esperamos que puedan disfrutarlas antes de irse.

-Muchas gracias – agradeció Erza por parte de todos – eres muy amable – con una gran sonrisa la pequeña les dejó intimidad.

En cuanto cerraron las puertas, todos se lanzaron a elegir cama. Natsu y Gray dormirán en la misma habitación mientras que las chicas dormirán en la otra. Colocaron sus cosas, se pusieron los bañadores y decidieron investigar un poco el lugar.

Caminaron por el pueblo. Natsu tenía unas ganas tremendas de ir hacia el lago, según el sitio web había uno. Visitaron nuevamente a Wendy en el bar, llevaba un gorro de cocinera, les dijo que para la hora del almuerzo se pasen por allí, les está preparando la comida, también les indicó que el lago se encuentra escondido entre el bosque.

Siguiendo las indicaciones de la pequeña todos partieron. Natsu empujaba a Gray, las chicas caminaban bajo el cálido sol que les alumbraba.

-¿Quieres parar ya cerilla? Eres un plasta.

-Te echo una carrera hasta el lago – Gray lo miró ¿por qué tiene siempre tanta energía? – vamos princesa de hielo no seas cagón.

Gray paró en seco y alzó una ceja, Natsu lo imitó con una gran sonrisa asomando sus afilados dientes, el azabache empezó a correr súper rápido seguido de un pelirrosa gritando como loco.

Tiempo entre AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora