x. Canario

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Esta es una historia que profundiza en temas sexuales, contenido sensible, violencia emocional y sexual que puede herir la suceptibilidad de algunas personas, si este tipo de contenido no es de tu gusto, no lo leas. Si gustas de este, hazlo con responsabilidad, y bienvenido al infierno.

Si algo nunca cambiaba en el barrio del entretenimiento, era que siempre había mucha emoción y alboroto por aquellas concurridas calles llenas de luces de neón parpadeantes y vallas publicitarias que proclamaban las últimas novedades de las grande...

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Si algo nunca cambiaba en el barrio del entretenimiento, era que siempre había mucha emoción y alboroto por aquellas concurridas calles llenas de luces de neón parpadeantes y vallas publicitarias que proclamaban las últimas novedades de las grandes figuras del mundo del espectáculo del círculo del Orgullo.

A medida que alguien se acercaba a la imponente torre de los Veea's, podía admirarse las gigantescas pantallas mostraban con brillo deslumbrante los productos de la compañía de Vox y un gran número de espectadores que parecían presos de un hechizo ante de cada comercial en donde El demonio televisivo apareció.

Sin prestar mucha atención a ello, Alastor entró en el edificio con una tonada suave y melódica de jazz, fundado en su abrigo de piel y sus gafas rojizas. Las recepcionistas le dieron acceso nada más verlo entrar por la puerta y suspiraron de emoción cuando este las saludó de forma cortés al pasar por su lado. Mientras más se adentraba entre los pasillos del edificio, podía vislumbrarse las próximas superproducciones pornográficas de Valentino y las tendencias más recientes promovidas por Velvet en su cuenta de Hellstagram.

El wendigo no conocía demasiado de ello, sencillamente prefería otro tipo de medios para promover, pero seguían siendo alianzas importantes. Sin embargo, en medio de toda esa avalancha visual, el anuncio de su propio show parecía desentonar de manera notable. La imagen y el mensaje parecían distorsionados, como si algo estuviera fuera de lugar. La estática proveniente de su radio se intensificaba, creando una sensación incómoda que se propagaba a su alrededor, rompiendo la armonía del entorno vibrante y colorido. Aun con su despampanante sonrisa en el rostro, una extraña inquietud fue sintiéndose alrededor mientras se adentraba en la sombra proyectada por la oficina de reuniones.

A medida que las puertas se abrían, se encontró en un espacio impresionante cubierto de cristal, con vista a un enorme acuario repleto de tiburones demoníacos que nadaban con gracia y ferocidad por toda su extensión.

En el centro de la habitación, una larga mesa de diseño elegante estaba dispuesta, y en ella se encontraban tres personas que aguardaban su llegada para la reunión mensual de negocios. Vox, con su rostro televisivo tan particular, fue el primero en levantarse de su asiento y acercarse a Alastor con efusión.

Vox extendió la mano con una sonrisa radiante y dijo:

— ¡Alastor, qué placer verte! —lo saludo, estrechando su mano, Alastor correspondió la sonrisa.

—Vox, estimado. Actúas como si no nos hubiéramos visto en años —le dijo. El demonio televisivo solo se rio un poco, acompañando a su asiento mientras Valentino suspiraba el humo de su pipa hacia otro lado.

Juntos en el abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora