05. Regalos

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Desde esa salida que terminó con Cayden y yo subiendo a una Lexi completamente borracha diciendo que tenía demasiadas ideas para una nueva canción, ha pasado una semana y sí, mi hermana sí tenía ideas.

Justo ahora estaba agregando letra a mi parte de la canción. No era muy difícil para mí, tengo una libreta donde escribo frases o palabras al azar y después poco a poco las voy uniendo haciendo una canción.

Hablamos con todos sobre esta nueva idea donde la canción sea sobre perder una amistad y un amor a la vez por la misma razón. Se puede escuchar algo típico, pero mi hermana y yo somos muy buenas en esto.

—¿Qué dices de esta?. —Lexi me pasa lo que ha escrito.

—Mira esto. —ahora yo le paso lo mío.

Ambas leemos lo de la otra y terminamos asistiendo a la vez.

—Que tétrico. —doy un respingo en mi asiento y me volteo a ver a mi amiga con una gran sonrisa en la cara.

—Creí que tu viaje demoraría más.

Grace se remueve, camina hasta mí dejando de lado a Lexi y se sienta conmigo.

—Solo quería estar contigo.

Le sonrío de manera genuina antes de irme encima de ella para poder darle un abrazo. De verdad la extrañé.

—¿Qué hacen?. —nos pregunta, pero Lexi ni siquiera la mira.

Suspiro.

Jamás podré hacer que ambas se lleven bien sin pelear o simplemente ignorarse la una a la otra.

—Tenemos nuestra próxima canción.

A Grace se le ilumina la mirada.

—¿De verdad? ¿Puedo ver?.

Asiento, pero en lo que le iba a pasar mi cuaderno de la mesa, Mike hizo su gran entrada.

—¡He llegado!.

Reímos al ver como abre sus brazos y hace una reverencia.

—Hola, Mike. —decimos mi gemela y yo a la vez.

—Eso —nos señala Mike. —,fué de terror.

—Estoy de acuerdo. —dice Grace

Ruedo los ojos.

Mi móvil suena con un nuevo mensaje y lo agarro de donde lo había dejado. El nombre de Cayden aparece en mi pantalla, hace una semana intercambiamos números y solemos escribirnos.

Cayd: ¿Estás ocupada?.

Miro a los tres que están conmigo aquí en esta parte del estudio, Mike y Lexi están hablando sobre la canción y Grace está mirando su celular muy concentrada.

Yo: Parece que no.

Su respuesta no tarda en llegar.

Cayd: Bien, porque estás invitada a mi próxima pelea.

Frunzo el ceño por eso. En esta semana tuvo dos peleas, pero en ninguna me invitó. Muerdo mi uña mientras pienso en si debería aceptar, salir no es algo que me agrade demasiado.

—Solo dile que sí. —me dice Grace a mi lado sin dejar de ver su móvil.

—¿Eh?.

Ella suspira.

—Parece que vas a explotar, sea quien sea solo dile que sí. O no, en el peor de los casos.

Vuelvo la mirada a mi móvil con el último mensaje de Cayd brillando en la pantalla.

Espero no arrepentirme de esto.

Yo: ¿Hora y lugar?.

No responde de inmediato así que apago mi móvil y lo dejo en la mesa y agarro mi cuaderno para seguir con la letra de la canción.

***

—Odio el amor. —Lexi recuesta su cabeza en mi hombro mientras vamos en la camioneta para ir a nuestra casa.

—Y así sigues escribiendo canciones de amor.

Suspira.

—Quiero hacerme algo en el cabello, quizás solo teñirme algunos mechones y no todo como tú.

—¿Rubia?.

Se encoge de hombros.

—Tal vez, no lo sé todavía.

Me acomodo mejor en el asiento mirando a través de la ventana del auto y escucho a mi hermana hablar con nuestros guardaespaldas sobre como Supergirl no pudo tener su buen final con Mon-El.

Ella es muy fan de DC, toda ella es muy fan.

Bajamos de la camioneta al estacionar enfrente de nuestro edificio, me acomodo mi bolso en el hombro mientras me adelanto al ver que mi hermana está muy concentrada de hablar de lo guapo que es Mon-El.

Entro al edificio y saludo a los lejos a la chica de recepción, tuvimos que hacerla firmar un acuerdo de confidencialidad para que no corriera la información de que nosotras vivimos aquí.

—¡Ary! ¡Ary!.

Me detuve cuando estaba a punto de presionar el botón del ascensor cuando escucho la voz de la chica de recepción llamándome.

Camino hasta ella y la veo buscar algo de inmediato.

—Alguien envío esto —saca una caja pequeña. —, para ti.

—¿No será para Lex y para mí?.

Ella niega.

—No, es solo para ti. Un chico lo dejó aquí.

Tomo la caja que no pesa para nada y le sonrío a la chica. Nunca me he aprendido su nombre.

—Vale, gracias.

—No es nada. —hace un gesto con la mano restando importancia.

Ahora con ma caja en mano subo al ascensor para llegar al departamento que tenemos Lexi y yo. Abro la puerta y lo primero que veo es a mi hijo perruno totalmente tirado en la alfombra de nuestra sala y a Sandra, la chica que lo cuida mientras no estoy, casi de la misma forma en nuestro sillón.

Pero a diferencia de mi perro, ella si se levanta cuando suena la puerta al ser cerrada.

—Lo siento señorita. —se levanta de donde estaba para comenzar a recoger sus cosas.

—No te preocupes, sé que te puedes cansar de cuidarlo, teniendo en cuenta que tiene demasiada energía.

La escucho reír cuando camino al sofá y dejar mis cosas, no suelto la caja mientras me siento.

—Bueno. —Sandra aparece frente a mí. —Eso es todo, nos vemos mañana.

—Claro, adiós.

Cuando escucho el sonido de la puerta al ser abierta y cerrada comienzo a abrir la caja para saber qué tiene adentro.

Ahogo un jadeo cuando veo el contenido en ella. Es una camiseta y una gorra, ambas de color negro, pero lo importante es lo que tienen.

La camiseta tiene una foto de Cayden en posición para pelear y la gorra tiene su nombre en grandes letras blancas puestas de buena forma.

Dejo ambas cosas a un lado al percatarme de una nota que hay al fondo de la caja. Sonrío al leer la dirección y hora de la pelea.

Una melodía perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora