12. La respuesta

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Me remuevo donde sea que me encuentro durmiendo al escuchar unos ruidos. Suspiro cuando lo que sea que cause ese sonido se detiene.

Pero tan rápido como vuelvo a casi recuperar mi sueño e intentar seguir durmiendo, los ruidos regresan. Manoteo la sábana que tengo encima de mí y mi mano choca con algo duro.

—Auch. —abro los ojos para ver a mi hermana que está acostada conmigo en nuestro sofá.

—¿Has estado despierta y no te has dignado a averiguar qué es ese sonido?.

Se encoge de hombros y yo la empujo haciendo que caiga al piso en un sonido seco.

—Mierda. —me señala su dedo medio. —Me lo merezco.

Resoplo y me levanto para ir hacia la puerta al identificar que no era cualquier ruido, era alguien tocando la puerta. La abro mientras bostezo y agrando los ojos al ver a Cayden con el puño arriba para volver a tocar.

Suspira de alivio cuando recorre mi cuerpo con sus ojos verdes.

—Joder, corazón. —se acerca y me abraza.

—Cayd...¿qué...

—Creí que te había sucedido algo al no recibir el mensaje que me quedé esperando toda la jodida noche.

Lo abrazo con más fuerza al sentir su preocupación y darme cuenta de que no ha podido dormir absolutamente nada por mi culpa.

—Lo siento, Cayd.

Él se aleja de mí y frunce el ceño.

—No llores.

Llevo una de mis manos a mi rostro sintiendo mi mejilla húmeda por una solitaria lágrima.

—Lo siento.

—¿Por qué no me escribiste?. —lejos de ser un reproche, solo se preocupa por mí y mi corazón late desbocado por eso.

—Lexi llegó a casa llorando y me contagió, luego solo nos quedamos dormidas, en el sofá.

Masajeo mi cuello por la mala postura en la que dormí y escucho la risa de Cayden que también me hace sonreír, alejando malos sentimientos de mí.

—¿Has dormido algo?.

Él niega y suspiro antes de agarrarlo de la mano y hacer que entre al departamento. Cierro la puerta a nuestras espaldas y lo guío a mi habitación, pero me detengo cuando veo a mi hermana dormida en el suelo, justo donde la había dejado.

—¿Qué...

—¿Eso pasa siempre?. —me susurra Cayden para no despertar a Lexi.

Me encojo de hombros.

—Ya no se me hace tan raro.

Cuando intento volver a jalar de él, no puedo. Me volteo a mirarlo y está viendo fijamente la mano de Lexi que tiene estirada, específicamente su mano izquierda.

—Es como tu collar.

Miro la muñeca de mi hermana y veo la misma luna que yo tengo en mi collar como dije, la tiene ella en su pulsera, misma que nunca se quita.

Asiento.

—Tienen un mismo significado.

—¿Algún día me lo contarás?.

Vuelvo a asentir.

—Pronto. Ahora, ven, todavía tengo sueño y quiero que duermas.

—¿Solo dormir?. —levanta sus cejas.

—Sí, pervertido.

Caminamos a mi habitación con él, riendo todo el camino.

Cierro la puerta una vez ambos entramos y Cayden curiosea un poco en mi habitación mientras quito las almohadas que están demás en mi cama.

Cuando acomodo el edredón siento sus brazos rodearme desde atrás en un abrazo.

—¿Me vas a decir la respuesta?.

Sonrío y niego con la cabeza.

—Cuando ambos nos despertemos de esta siesta.

Suspira y deja un beso en mi cuello para apartarse. Me siento en la orilla de mi cama viendo como se quita sus tenis quedando en calcetines y después se saca su camiseta blanca.

Deja todo a un lado para volver a mí.

—Bien, tú mandas.

Ambos nos acomodamos en mi cama para poder dormir.

***

Abro poco a poco los ojos topándome con unos de color verde que me miran intensamente.

Sonríe cuando se da cuenta de que ya estoy completamente despierta, coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Hola.

Me acurruco más contra él, suspiro al sentir su calor contra el mío.

—Hola. —le respondo después de un largo silencio. —Sí.

—¿Sí?.

Me alejo para poder mirarlo a la cara, tiene el ceño fruncido sin comprender lo que he dicho.

—La respuesta, es sí.

Se queda un momento así, en silencio, sin siquiera parpadear.

—Cayd...

Antes de poder seguir hablando soy jalada por él que me rodea con sus brazos y sujeta mi cara entre sus manos para mírame con una gran sonrisa, misma que se me contagia.

—Joder, te quiero.

Retengo un momento la respiración y después sus labios impactan con los míos en un beso lleno de felicidad, por parte de ambos.

Dejo entrar su lengua a mi cavidad bucal y jadeo cuando siento que poco a poco el beso sube de nivel, sigue teniendo ese cariño, pero a la vez es exitante.

Cayden me acomoda encima de él y puedo sentir su erección contra mi trasero, me muevo un poco encima suyo y él gruñe como respuesta.

Me separo del beso a regañadientes.

—Por mucho que quisiera esto, tengo hambre.

Él se ríe y yo frunzo el ceño para después golpear su hombro levemente sin llegar a lastimarlo de verdad.

—¿Qué es tan gracioso?.

Él respira hondo antes de responder.

—Nada, nada, corazón. Estás en todo lo correcto con que tenemos que detenernos para que puedas comer.

Asiento con una sonrisita.

No soy una experta en el sexo, solo lo he hecho dos veces y en ninguna lo disfruté demasiado, pero con Cayden, sé a ciencia cierta que todo se sentirá demasiado bien, como todo lo que hace.

—Ahora, a desayunar.

Rio bajito por su comentario y ambos nos levantamos de mi cama para salir de mi habitación y salir para poder comer algo, cosa que se nos hace fácil cuando vemos a Lexi cocinando.

—Vengan, he hecho el desayuno.

Nos sentamos en dos taburetes. Cayden solo se colocó sus tenis, sigue sin camiseta, pero mi hermana ni siquiera le toma atención a eso.

—Oh, me disculpo contigo, chico que me hace escuchar a mi hermana gemir. —me sonrojo por lo último que dice y Cayden solo se ríe.

Lo manoteo y solo me da un beso en los labios.

—¿Por?.

—Por encontrarme dormida en el suelo.

Reímos los tres y me doy cuenta de que a diferencia de mi ex, a mi hermana si le cae bien mi nuevo novio.

Novio.

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