Capítulo veinticinco

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Capítulo Veinticinco

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Capítulo Veinticinco

Narra: Venus Parker

Para Lency Miller: Lency, ¿estás ahí? ¿Pudiste encontrar la fotografía?

4 horas después:

Para Lency Miller: ¿Por qué no respondes mis mensajes?

Una hora después:

Para Lency Miller: Te veo en la escuela.

Pero al llegar a la escuela, no hay rastros de ella por ningún lado.

—Mia... —Me acerco hacia ella—. ¿Sabes algo de Lency? No recibe mis llamadas desde ayer.

—No tengo idea —dice, con los ojos rojos, como si hubiera llorado toda la noche—. ¿Por qué no intentas llamar a sus padres?

—¿Podrías intentar llamar a su madre, por favor?

Mia saca su teléfono y busca entre sus contactos. Encuentra el número de la madre de Lency y el teléfono comienza a sonar.

—¿Qué sucede? —le pregunto.

—Responde el contestador.

—Marca otra vez...

Mia vuelve a intentar por segunda vez, y en cuestión de segundos dice:

—No atienden.

De repente, empezamos a oír un bullicio que viene desde los pasillos, nos miramos entre sí y nos acercamos.

«¿Qué está haciendo la policía aquí?», me pregunto.

Un grupo de oficiales, incluyendo a mi padre, entran al colegio junto con el director.

—Aquí es —dice el director, indicándole a los oficiales un casillero.

Ellos rompen el candado y logran abrirlo. En la parte de adentro del casillero hay una foto.

«Es el casillero de Lency», reconozco.

Los oficiales toman fotografías y solo uno de ellos camina hasta la oficina del director.

Mia toma su teléfono y marca el número de Lency. No dejamos de enviarle mensajes hasta que escuchamos nuestros nombres en los parlantes.

—Mia Baker y Venus Parker, presentarse a la oficina del director de inmediato.

Nos miramos entre si, confundidas.

Tocamos la puerta y entramos. Frank, el oficial, está sentado frente a nosotras junto con el director, que nos regala una sonrisa amigable y poco confiable.

—¿Qué sucede? —pregunta Mia, nerviosa.

—Necesitamos hacerles un par de preguntas sobre su amiga Lency Miller —nos dice el director—. No es nada de qué preocuparse.

Miro a Frank, él asiente con la cabeza y nos sentamos.

—¿Cuándo fue el último contacto que tuvieron con Lency? —prosigue Frank.

—Yo la vi ayer por última vez en el colegio —dice Mia.

—Yo hablé con ella por teléfono ayer por la noche y desde ahí no ha respondido más a mis llamados.

Frank nos hace muchas preguntas mientras el director nos observa y mira su teléfono a cada rato.

—¿Hay algún motivo por lo cual creyeran que Lency podría querer escaparse?—El oficial se inclina hacia nosotras con los ojos firmes—. Si saben algo, deben decirlo ahora.

«¿Sabíamos algo de lo que la policía debía estar al tanto?», pienso.

Mia resopla.

—¿Por qué nos hacen tantas preguntas? —digo—. ¿Qué sucede con Lency?

—Necesitamos que respondan —insiste, Frank.

—Lency nunca se iría de Wonderf, de eso estoy segura —responde Mia.

—¿Entonces no hay nada que Lency te haya contado que creas importante decirnos? —le preguntan a Mia.

—No —finaliza ella.

Frank se queda en silencio y cierra su libreta. El director se acerca a nosotras y dice:

—Gracias por colaborar, chicas —dice, fingiendo una sonrisa—. Pueden retirarse.

Pero entonces llega la noche, y nosotras seguimos sin saber qué sucede con Lency.


Narra: Mia Baker

Pasan más de doce horas y seguimos sin saber de Lency. Intentamos ir a su casa, pero nadie nos atendió.

—¿Puedes dejar un poco el teléfono? Si no quieres comer, levántate de la mesa —me ordena mi madre con el mentón en alto.

Guardo mi teléfono en el bolsillo y pruebo bocado a la cena que preparó mi madre. Ella hace mucho tiempo no cocina, digamos que desde que pasó el accidente de mi hermano. Me resulta extraño comer en la mesa con ella, casi siempre lo hago sola.

El pollo está crudo y sabe horrible, pero lo como igual. Miro el reloj, esperando a que mi padre apague la televisión y diga que tiene que ir a hacer un trabajo a las nueve y media de la noche. Todos sabemos que es mentira.

—¿En dónde estuviste ayer en la noche? Sabes que no te puedes ir sin avisar —me pregunta mi madre.

—Lo siento, los padres de Hans me invitaron a cenar y luego estuve con Venus —miento.

—Me enteré de que Lency no volvió a casa ayer —dice mi madre.

—¿Cómo te enteraste? —le pregunto.

—Sus padres estuvieron aquí esta mañana preguntando por ella, les dije que no había estado en casa. De seguro se escapó con un chico del pueblo; ya regresará.

Mi padre aparece en la cocina, apestando a cerveza, toma algo de la heladera y sale de la casa.

—Lency no es de las que se va con chicos por ahí —digo.

—Yo tampoco lo era hasta que conocí a tu padre y me dejo embarazada. En la juventud cometemos muchos errores.

—¿Estás diciendo que yo fui un error?

Ella resopla y se levanta de la mesa sin responder. La observo acostarse en el sofá y tomar su medicación.

Vuelvo a sacar mi teléfono y envio un mensaje con las manos temblorosas.

"¿Podemos vernos? Estoy preocupada por Lency, nadie puede saber que estuvimos juntas ayer por la noche."

Pero cuando envio ese mensaje mi teléfono comienza a sonar, es Venus.

Atiendo y me dice:

—¡Mia, tengo novedades sobre Lency, pero no son buenas!

...

Hola, como están? Esten atentos que en estos días voy a estar subiendo más capítulos y ademas vamos a hacer un grupo de WSP para que podamos hablar todos sobre la historia. No se olviden de votar, apretando la estrellita y comentar. Me ayudarían mucho con eso, los quiero.

¿Qué pasó con Elizabeth Parker?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora