ᴡᴀʀɴɪɴɢ. sexo oral ( el lector recibe ) plieges/labios/coño y palabras similares utilizadas para describir/referir lo genitales del lector, bofetadas en el coño, un poco de sub!reader al final.
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Estar con Noir significaba entre muchas cosas que él te necesitaba. Él había dado el primer paso, había mostrado interés en ti y siempre te había tratado con una amabilidad y caballerosidad que a veces considerabas si no estuvieras teniendo un sueño, pero cuando los besos se profundizaron, tus respiraciones se aceleraron y él te pregunto con su voz. Goteando deseo " si estuviera bien ir más lejos ", ya sabes, ningún sueño comparado con la realidad.
Necesitaba tu compañía, tu presencia. Eras el único capaz de hacer que esa rabia que ansiaba en su pecho después de una dura noche no lo devorara. Estaba bien, te gustaban estos dos lados diferentes de él y era genial poder ayudarlo y tener su completa y total confianza, incluso cuando las consecuencias de ser la bola de estrés humana de Noir eran más físicas que cualquier otra cosa y la mayoría de las veces. Tu sueño nocturno fue completamente desperdiciado para satisfacer los impulsos de tu novio.
Siempre quedaban marcas al día siguiente, algunas tan llamativas con los colores cada vez más profundo o la sangre acumulándose en la superficie que, como si se hubiera girando una válvula, el causante de todas ellas no podía dejar de preguntar si estabas bien y si había desaparecido. Herirte. Muerde tan profundamente que la huella de sus dientes se implantaria en tu piel durante días en la parte interna de tus muslos, extremadamente cerca de tu sexo, que siempre palpitaba sin parar después de cómo te tocaba.
Pero las disculpas no eran necesarias, siempre se lo repetías. Te habia gustado.
Incluso la forma en que Noir abrió la puerta lo delató. Los pasos más pesados. El pesado silencio mientras se movía por la casa, merodeando a tu alrededor una y otra vez como si fueras una presa que planeaba atacar.
Sentado en el sofá de la sala, esperaste, pareciendo estar viendo el programa que se estaba reproduciendo en la televisión, a pesar de que tú atención ya se había desviado.
Tomó menos tiempo de lo habitual, lo que decía algo de cómo había ido la noche de Noir. Se arrodilló frente a ti, bloqueando tu línea de visión, se quitó el sombrero y la máscara, pero el resto del disfraz de Spiderman se mantuvo y antes de que pudieras fingir irritación, se inclinó y te besó. Era como si quisiera devorarte, impedirte respirar y ahogarte en ti. No hubo cuidado ni gentileza en la forma en que te agarró el cabello y metió su lengua en tu boca. Olía a pólvora y sangre.
