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Todo lo que Pavitr ha queriendo durante meses era estar contigo. Tal vez fue porque acababan de empezar a salir, pero parecía que nunca podría tener suficiente de ti. Anhelaba tus besos, buscaba tus abrazos y se derretía ante tus elogios. No quería nada más.
(...)
Probablemente no debería haber dos Spiderman en tu universo, claro está. Después de todo, era tu universo, pero eso no le impidió venir de visita.
La gente de Nueva York le preguntaba quién era y porque parecía trabajar siempre a tiempo parcial, pero a él no le importaba. También por qué trabajarias mucho más lento, incluso cuando eran dos; y para eso, solo había una respuesta.
—Pavitr...
—¿Que?— él gime.
—Sirenas de policía— Ah, un rudo despertar anunciado en voz alta por tu voz angelical.
—Solo un par de minutos más— Pavitr suplica, metiendo su cabeza en el hueco de tu cuello.
Cuando alejas tus manos de él, Pavitr las tira hacia atrás y las agarra con fuerza. Estaba siendo terco, incluso cuando Nueva York estaba potencialmente en peligro. —Si nos tirará por el borde de este tejado ahora mismo...
—No te atreverías a lastimar a tu amado.
—Eso puede ser cierto, pero...— la risa de Pavitr interrumpiendote significaba que la discusión definitivamente había terminado, así que comenzaste de nuevo. —Si te besara, ¿Me dejarías ir a salvar Nueva York?
—Hmm...— Pavitr se apartó solo para pensar sus decisiones, aunque sólo sabía que en realidad sólo había una opción. Al menos consiguió un beso. —Bueno.
Parecía que tú ciudad estaba al merced del capricho de Pavitr.
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