Prólogo

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Yeonjun estaba volviendo a Corea después de un viaje por Europa, un viaje de un siglo y un lustro. 

― Hola tío ¿Cómo está todo? 

― Yeonjun, al fin regresas, pero ahora tu hermano se fue ¿Qué voy a hacer con ustedes, pequeños traviesos? Viene uno y se desaparece el otro. 

― Vamos, solo estará unos meses en Japón, es más, no creo que se esté un mes si venir a chismosear mi vida. 

― Bueno, tienes razón. 

― ¿Y papá? Creí que estaría aquí. 

― Oh, salió, últimamente sale mucho y no avisaste que vendrías. 

― Cierto, lo lamento, pero no es fácil volar desde París hasta Seúl, me agarró una tormenta horrible, tu sobrino favorito casi se queda trabado en no sé donde. 

― Ya, ya, vamos, te compraré tu postre favorito en lo que esperamos a que tu padre decida hacer acto de presencia. 

― Bien, déjame dejar mi maleta arriba. 

― Uy, con esa carita vas a tener que repetir tus últimos años aquí. 

― No. 

― Sí, vamos, ni que fueras tan bueno en historia. 

― Puede ser la única clase en la que preste atención. 

― Y física, te iba terrible. 

― Mejoré mucho cuando estaba en Londres, encontré un tipo que me ayudó, ya ni me acuerdo su nombre, fue hace cincuenta años y solo estuvimos juntos un tiempo. 

― Entonces dejaste tu pureza atrás con un pobre mortal. 

― No, lo hubiera lastimado. 

― ¿Cuándo reconocerás tu naturaleza? No naciste para ser un virgen vestal. 

― Tal vez sí, nunca he sentido eso del hilo rojo, sé que existe, pero tal vez yo sea de esos que no tienen uno. 

― No lo creo. 

― En fin, me prometiste un postre. 

― Bien, dejaré ir esta conversación, solamente en favor de proponerte algo. 

― ¿Qué cosa? 

― Como dijiste que volverías este año, me tomé la libertad de prepararte un cupo en el colegio, llegas una semana tarde, pero ya justifiqué eso, dije que mi sobrino tuvo problemas con su viaje. 

― Es decir que no bromeabas sobre repetir los tres últimos. 

― No, no era broma. 

― ¿Y entonces? ¿Qué vas a pedir? 

― Quiero que seas mi asistente en el club de música, no es mucho, pero quiero mantenerte vigilado. 

― ¿Algo en especial? 

― Solo un presentimiento. 

― Bien, entiendo, entonces empezaré el lunes. 

― Exacto. 

Yeonjun no tenía idea de lo que le esperaba en su nuevo colegio. 

RAIN SOUL | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora