Un viaje mágico a través de las leyendas. Sumérgete en un fascinante compendio de las más increíbles y misteriosas leyendas de diferentes culturas y civilizaciones. Este libro te transportará a un mundo lleno de fantasía, intriga y maravillas, donde...
Todo peruano, seguramente habrá oído la leyenda del Chullachaqui - guardián de la selva, espíritu del bosque que enreda en su espesura a la gente que viene con malas intenciones: a la tala de árboles y a cazar. En contraste con los que vienen al bosque con bondad y ninguna intención de hacer daño, le ayuda a encontrar el camino de regreso.
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Mucha gente sabe que esta es una historia para asustar a los niños por la noche. Aunque muchos de los que viven cerca de la selva creer en él, y también yo lo sé porque las leyendas no nacen, así como así, además porque yo misma vi esta realidad.
Una vez fui de visita con mis amigos donde sus parientes en el de Pueblo Huipoca. Tengo que reconocer, para mí las salidas al campo siempre han sido mi pasión, especialmente caminar por la selva entre los enormes árboles. Tal belleza de la naturaleza virgen me da la sensación que ni siquiera tengo deseos de volver a la aburrida civilización.
Es imposible enumerar todos los tipos de plantas que crecen aquí, ¡tantas y cuanta diversidad! La mayoría de estos árboles en la selva tienen los troncos lisos levantándose desde la oscuridad de su espesura hasta la luz del sol, además los árboles están cubiertos por una corteza con grandes inflorescencias.
En el territorio de la selva no hay espacio libre. Largas hierbas estiran sus ramas por doquier. Entre ellos se pueden encontrar delicadas hojas de diversos helechos. Estar aquí... es simplemente la felicidad, sentirse como en el paraíso. El aire fresco y las plantas te cargan de energía. La naturaleza es buena para pensar y soñar. Solo que esta vez, mi salida a la naturaleza ha sido marcada por un incidente bastante extraño y misterioso.
Al despertarme temprano por la mañana, decidí caminar por la selva antes del desayuno. Todavía todos estaban durmiendo, sin señas de despertarse; yo... disfrutando de mi soledad, salí de casa y me envolví en la espesura de la selva.
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Después de sólo unos pocos pasos, oí una muy hermosa música, similar a la melodía de la flauta de antiguos Incas; se escuchaba flauta y tambores. ¿Será posible que alguien haga fiesta tan temprano por la mañana?
Era bastante extraño, pero yo siempre he sido una amante de la aventura y me dirigí al lugar desde donde venía el sonido de aquella maravillosa melodía. Pensé que el lugar estaba cerca, pero cuanto más me confundía entre los arbustos, la música también parecía alejarse, como si al mismo tiempo como yo caminaba... avanzaba también esos misteriosos músicos.
