Entre capas (EN PAUSA INDEFINIDA :( )

~ 13 de Diciembre ~ pt. 2

Nos preparamos para cantar y Martin directamente me coge la mano. Canta toda su parte mirándome a los ojos mientras yo trato de mantenerle la mirada lo máximo posible. Cuando me toca el turno noto a Abril pendiente de mí. Nos levantamos y en un intento de ser cercano y amoroso acaricio levemente su cara. Pero el gesto que hace él a continuación me toma totalmente por sorpresa y tardo en reaccionar. Siento un tirón en el estómago y un escalofrío sube por mi espalda cuando posa su mano en mi nuca y sus ojos se fijan en mi boca.

Dioooooos. Me muero.

Me aparto no pudiendo soportarlo más, pero él me sigue cantando mientras nos cogemos de nuevo de las manos (¿habremos pasado más de diez minutos sin tocarnos?).

La canción aún no llega a su final cuando Abril decide pararnos.

- Creo que podemos ir un poco más allá. Estáis haciendo como un "amor social" y quiero ver algo más. Quiero ver esa luminosidad del primer amor, esa que nace de dentro. ¿Podemos ser muy pastelosos durante un momento? ¿Os podéis decir te quiero mirándoos a los ojos y que salga esa luminosidad?

El nudo en mi estómago se aprieta un poco más y la garganta se me cierra. Nos cogemos de las manos de nuevo y nos miramos a los ojos. O al menos lo intentamos...

- Te quiero –digo medio estrangulado-. Te quiero, te quiero, te quiero... -repito como un loro tratando de no analizar demasiado todo lo que está pasando.

- Que me lo crea eh –apunta Abril por detrás.

- Te quiero –me dice Martin.

- Yo más.

- No, yo mucho más –replica él sonriendo.

- Pues yo creo que te quiero más.

- Ya te digo yo que te quiero más –dice seguro y con la sonrisa todavía más grande.

De repente parece que nos estamos peleando por ver quién quiere más a quien y la situación no puede ser más cómica. El ambiente se relaja irremediablemente.

- ¿Qué sientes? –me pregunta Abril.

- Siento que yo te quiero más... te necesito más –confieso mirándole a los ojos.

- ¡Te necesita más! –Abril no se puede creer lo que dije, y yo tampoco, la verdad.

Martin cierra los ojos todavía sonriendo y me aprieta las manos sutilmente.

- Pues yo creo que sin ti, no soy nada –replica.

¿Y ese brillo en sus ojos?

Bromeamos un momento acerca de la frase y por primera vez veo como Martin esquiva mi mirada.

Seguimos con la escena y acabamos con la típica discusión cliché de "Cuelga tú. No... cuelga tú". Al final, como era de esperarse, algo se tuerce y acabamos discutiendo sobre lo poco cursi y afectivo que soy en mi vida real. Si ellos supieran...

- Tú eres así, y tienes otra forma de dar amor. Y si alguien te quiere, te tiene que querer así. No tienes que cambiar, para nada –me dice Abril-. Tú no eres pasteloso.

No soy capaz de quitarle la razón, pero tampoco se la doy porque en el fondo no la tiene. Martin solamente nos deja hablar mientras él se mantiene en silencio.

- ¿Podemos hacerlo de nuevo? –pregunta Abril.

- Como sudan las manos... -me quejo.

- Amor, si te gusta alguien te da igual incluso si te escupe en la boca. Le chupas el sudor si hace falta –dice Abril seria.

Martin se seca las manos al pantalón y yo hago lo propio con mi camiseta. Yo no hablaba específicamente de las manos de Martin, como parece ser que pensó Abril, también hablaba de las mías que no han dejado de sudar desde que nos las cogimos por primera vez. Martin es consciente, pero tampoco lo aclara.