~ 14 de Diciembre ~ pt. 1

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Día nuevo y clase de fitness nueva a la que sobrevivir... Que cansancio...

A pesar de todo, la mañana está siendo algo más alegre de lo habitual. No sé qué nos pasa hoy, pero noto algo distinto entre Martin y yo desde que nos despertamos.

- Esta leche está asquerosa –murmura observando el brick de Alpro.

¡Hala! En toda la ensalada del patrocinador principal de nuestros desayunos y meriendas. Di que sí.

- Cállate –le advierto.

Cuando se da cuenta de su error sonríe avergonzado.

- Asquerosa en un mundo al revés... -se excusa sin éxito escondiéndose de la cámara.

El resto de la mañana pasó rápida con Martin pinchándome buena parte de ella. Los profesores van a terminar odiándonos a este paso...

Hoy el día es largo. Tuvimos una clase adicional en la que hicimos una serie de ejercicios para trabajar la confianza. Muchos eran en grupo, pero en los demás me emparejé con Martin para hacerlos. El problema de trabajar la confianza es precisamente eso, que tienes que confiar. Muchos ejercicios eran relacionados con dejarse caer sin miedo, sabiendo que tenías a tus compañeros para evitar la caída. Hacer el ejercicio a ciegas, confiando plenamente en ellos con los ojos cerrados, me afectó emocionalmente. Fue algo muy bonito, tanto que al final de la clase lo repetimos pero con Noemí en el centro.

- Estoy sensibilísimo –le comenté a Martin durante la comida.

- Mmmm, ¿por qué? –preguntó él preocupado, con un bocado de lechuga a medio comer.

- No sé...

- ¿Vas a llorar? –preguntó en broma.

- Ya lloré –confesé.

- Yo también, me ha emocionado mucho –admite Bea al otro lado de la mesa uniéndose a la conversación.

Antes del resto de clases tuvimos que pasar por el salón para atender a la visita del día. Como solía ocurrir últimamente, Martin y yo nos sentamos en el sofá en el que se suelen sentar los invitados. Al acabar la visita algunos nos quedamos charlando mientras Noemí se despedía.

Martin intentó hacerme cosquillas tomándome desprevenido, lo que terminó conmigo encima de él intentando inmovilizarlo. Sin embargo, al tratar de zafarse de mi agarre algo crujió bajo mi peso. Me levanté de encima asustado y Martin escondió su cara entre los cojines.

- Crujió. ¡Ha crujido, ha crujido! –chillé alarmado-. ¿Estás bien?

Tiré de él intentando ver su cara y fue ahí cuando su sonrisa burlona volvió a aparecer.

- ¡Gilipollas! –reclamé indignado mientras le empujaba y le daba un manotazo.

Ruslana nos miraba sin entender nada mientras yo tiraba a Martin al suelo. Hice el amago de darle un rodillazo haciendo que él se riera todavía más de mí.

Idiota...

Me fui a la terraza enfurruñado pero él apareció al poco rato. Nos sentamos en los sofás y nos pusimos a hacer recuento de todas las clases que aún nos quedaban por delante.

- Vicky, Abril, Manu y Vic –enumeró él.

- Vicky, ¿ahora? –pregunto desconcertado.

Y de repente caigo en algo. Espera, ¿por qué tenemos clase con la profesora de baile? Al final no tendremos que bailar, ¿no?

Martin parece tan confuso como yo, porque ayer habíamos quedado en que solo teníamos movimiento escénico. Nada de coreografías... por favor.

Entre capas (EN PAUSA INDEFINIDA :( )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora