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Era una noche tranquila y sin gracia, yacían las seis y media de la tarde, no tan tarde pero no tan temprano.

La oscuridad era notablemente suave con el hermoso atardecer con los colores mezclados. Rojo, naranja, amarillo, rosa... bellísimos. Ambos chicos se encontraban mirando la televisión, un canal de dibujos animados, por si se lo preguntan, miraban Scooby Doo. Una de las series favoritas de Tord, quien, había terminado su tarea del jardín rápidamente.

No es como si dibujar animalitos fuera difícil y menos con un hermano dibujante.

Ambos miraban tranquilamente, el menor tirado en el suelo con sus manos atajando su cabeza, sus codos en el piso y el concentrado, contento. Edward en el sillón de una sola pieza, mirando tranquilo, sin ningún problema. Bueno, hasta que se escuchó los toques fuertes en la puerta delantera. Alguien tocaba la puerta.

Se levantó con pereza, vestía hogareño, como un pijama, como su hermanito. Por qué bueno, estaban en casa. Caminó tranquilo hacia la puerta mirando por el pequeño vidrio de la puerta de madera, analizando y captando a una mujer de cabello rojo, junto a un hombre moreno y de cabello negro. Ambos con trajes.

Abrió la puerta con desconfianza y los miró atentamente.

─────Buenas tardes─────. Se le escuchó hablar a el hombre.

─────Buenas...─────. Habló con desconfianza pero con educación mirando a los dos adultos que se encontraban al frente suyo. Estaba confundido.

─────¿Edward Goulsson?

─────¿Sí?

Y sin más la mujer asintió, mirando a su compañero que hizo la misma seña. Se quitaron los lentes de sol que tenían. Ni pregunten por qué los tenían si ya casi era de noche, talvés solo era para que se vean geniales.

─────Venimos por tu hermano, Tord Goulsson.

Y ahí mismo fue cuando Edd tembló.

Se encontraba en el parque, eran al rededor de la dos y media de la tarde, el sol estaba en su punto, sin molestar mucho pero molestando

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Se encontraba en el parque, eran al rededor de la dos y media de la tarde, el sol estaba en su punto, sin molestar mucho pero molestando.

Sentado en una banca con los auriculares puestos, no había mucho para decir. Tom quiso escapar de su casa. Era sábado y nadie le podría decir nada si no estaba.

16:29 PM

Estaban los tres en la sala, Edd había dado un vaso de zumo de durazno a los oficiales, que aceptaron tranquilamente la bebida.

Todo estaba bien. Mentira. Nada estaba bien, querían llevarse a su hermanito.

─────La situación es simple, Edward.───── Habló el oficial tranquilamente. ─────No tienes la edad requerida para cuidar a tu hermano, a duras penas puedes cuidarte tu sólo a los catorce años.───── Le hablaba el hombre, intentando sonar tranquilo y pacifico, explicándole la situación al adolescente para que no se altere y entre en pánico. Lastimosamente, ya lo estaba pasando.

𝙂𝙧𝙖𝙣 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙤 ❙ Tomtord.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora