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Taehyung se sentía muy feliz, en su trabajo le habían dado un aumento y su bebé se había compuesto por completo de su enfermedad, tal parecía que la vida le estaba sonriendo por fin

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Taehyung se sentía muy feliz, en su trabajo le habían dado un aumento y su bebé se había compuesto por completo de su enfermedad, tal parecía que la vida le estaba sonriendo por fin.

Ya es hora de que tuviera buenos días y no solo los malos.

Hoy era uno de esos días que a él le gustaba llamar días color de rosa ya que un día antes se había encontrado con Jungkook en la escuela y habían quedado de salir a caminar por ahí y lo mejor de todo es que era enserio el hecho de que podía llevar a Mingyu con él.

Así que se encontraba cambiando a su bebé ya que en un par de minutos Jungkook llegaría a por él. Una vez término de poner lindo a su cachorro se miró en el espejo, tenía mucho que no se sentía bonito, que se sentía atractivo. Incluso podía sentir un poco más la presencia de su lobito que estaba débil.

—Te ves bonito, ¿A dónde irás? —preguntó su madre desde el umbral de la puerta.

—Un compañero de la universidad me invitó a mí y a mi cachorro a salir —confesó con una sonrisa cálida.

—Y ¿podrá con el gasto de los dos?

Taehyung la miró confundido.
—¿A qué te refieres?

—Si es que una cosa es invitar a un omega pero si los invito a los dos será un poco más costoso, ¿No crees? No quiero enterarme de que te estás aprovechando del muchacho, Taehyung.

—¿Qué? No, para nada no es eso.

El timbre sonó dejando la conversación a medias, Taehyung camino hacia ella. Al abrirla se encontró con el alfa que esperaba, no entendía aún como es que él era amigo de un alfa tan apuesto y que a simple vista desborda inteligencia.

Sus hermosos cabellos negros levemente rosados y sus ojitos redondos, se resaltaban con esa bonita camisa azul, se veía muy guapo y bastante casual, pues llevaba un pantalón suelto y tenis. Era como si ese fuera otro Jungkook.

—Hola Tae, perdón se me hizo un poquito tarde pero ya estoy aquí, ¿nos vamos? —pregunto.

Taehyung asintió tragándose la inseguridad de hacer que Jungkook gastará más de lo debido.
Así que caminó hacia donde estaba Mingyu y salieron de la casa junto con Jungkook.

Durante el camino todo era tranquilo, Jungkook tenía planeado primero llevarlos a comer y después ir a una zona recreativa para que Mingyu pudiera jugar a gusto.

—¿Tienen hambre? —Preguntó Jungkook tratando de romper ese silencio en el cual se habían colocado desde que subieron a su automóvil —, espero que sí porque ya llegamos.

Taehyung lo miró sorprendido.

—Este lugar es muy bonito —dijo viendo la fachada del restaurante al cual Jungkook los había llevado.

—Mingyu también lo va a amar, te lo aseguro.

Taehyung asintió con una sonrisa, al bajar cuando intentó tomar a Mingyu en brazos, Jungkook se lo tomó de los brazos cargando en los suyos.

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