Capítulo 33

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Poché.

Ayudaba a Crim a posicionar la luz en el estudio, entretanto él lograba sacar fotos increíbles con modelos que promocionaban una marca de ropa.

Tenía varias horas aquí ya, era tarde y por suerte Claudia pasaría por Valentina a la escuela, no sabía que hubiera hecho porque hace unos días mi teléfono murió y me ha dejado desconectada del mundo.

Lo peor de todo es que tenía que hablarle a Calle, pero no pude porque la cacharra que tenía cómo teléfono, no pude ir a verla días atrás porque Samantha parecía un chicle, eso ya no me estaba dando buena espina y podía percibir que sospecha cosas.

Esperaba que no fuera así, pero con el regreso de Calle, su lado demente estaba saliendo a la luz, aunque se controlaba iba a estallar en cualquier momento y no me agrada.

Menos cuando hace unos días me pidió algo que ponía en fuego el plan que tenía.

— Si quieres estar conmigo, demuéstralo.

— ¿Cómo?

— Pídele el divorcio a esa mujer y voy a creer que no juegas conmigo...

El recordar sus palabras solo me daba dolor de cabeza, ¿el divorcio? ¡¿Cómo iba a hacer eso?! Adoro a Daniela, adoro ser su esposa, ¿cómo iba a hacer tal cosa? Simplemente no podía.

No sabía que hacer, todo se estaba poniendo en riesgo y necesito hablar con Daniela urgentemente, por suerte Crim terminaría temprano hoy, ahí aprovecharía y me iría a verla, solo esperaba que el demonio rubio no esté esperándome.

Últimamente me recogía, me seguía a los lugares que frecuento y eso me comenzaba a dar miedo.

— Majo, necesito luz. — decía Crim.

Me moví al otro extremo con el reflector de luz, Crim tomó más fotos a las chicas qué hacían poses complicadas.

Pasó un rato, pidieron de comer algo, almorzamos y las modelos hicieron charla, al menos no eran de las que aparentan ser muy... Especiales. Cambiaron de vestuario, maquillaje y más, Crim cambiaba de ideas, fondos obteniendo buenos resultados, él era muy versátil en sus fotos, hasta que luego de largas horas finalmente acabamos.

— Eso es todo, chicas, terminamos.

Las chicas daban un aplauso emocionadas, Crim las felicitó, por mi parte comencé a desmontar todo.

— Majo, ven.

Me acerqué a Crim, quién revisaba las fotos desde la computadora, me puse detrás de él, viendo cómo pasaba las tantas fotografías.

— ¿Qué te parecen?— preguntó. — Se ven bien, ¿no?

— Son increíbles, Crim.

— Me ayudarás a escoger las mejores. — dijo de golpe. — Haré unos retoques y estarán listas para el cliente.

— ¿Te ayudaré a escoger?— vacilé.

— Claro que sí, ese ojo tuyo no falla.

Iba a decir algo más, pero me callé al ver cómo contestaba una llamada, me alejé para seguir guardando todo.

Las chicas recogían sus cosas al igual que la estilista y la maquilladora, me puse de puntillas para apagar las luces cuando Crim se acercó a mí.

— Majo, ¿creés que puedes cerrar el estudio cuándo acaben?— lo observé inquieto. — Es que tengo una emergencia y no puedo quedarme.

— Claro, ve.

— Gracias. — me pasó las llaves. — Te llamaré cualquier cosa.

— Pero no tengo...— salió disparado sin escucharme. — Teléfono.

Indeleble || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora