Como una gota de lluvia sumergida en el profundo del océano, otra maldición más ha sido encomendada en las manos de Yūji Itadori. Un maldición que le trajo consigo un leve recuerdo guardado en las profundidades de su corazón roto.
“Te dejo el resto a ti”
Fueron las últimas palabras de Nanami-san antes que Mahito lo disolviera frente a sus ojos, para que luego Itadori despertará todo su máximo poder para eliminarlo pero al final no pudo, debido a que alguien con la figura de Suguru Geto se la comió, y con ella sus esperanzas de vengarse de aquella peste que le arrebato casi toda la mitad de su vida.
Primero Yunpei, luego Nanamin y al final Nobara, tres personas queridas que influyeron en su vida ya no estaban y todo era su culpa.
¿Su culpa?
Si lo era, él era portador del recipiente de Sukuna por ende todas esas muertes ocurridas en Shibuya eran plenamente su culpa. Se permitió esperar con calma la espera de su juicio final a manos del hechicero de grado especial, Yuta Okkotsu, pero ese día llego tan pronto que ni siquiera lo notó cuando la espada del hechicero perforó su corazón.
Aunque sólo fue una muerte fingida para calmar a los altos mandos de la hechicería, así poder idear un plan para liberar a Satoru Gojo de su confinamiento.
— ¿Dices que él te envío?, así que ya lo tenía todo planeado desde un principio — Yuuji sonrío — Gojo-sensei, es alguien muy precavido.
— Más que precavido, creo que es lindo que se preocupe por la persona que le robó el corazón — Yūji sin querer se ahogó ante las palabras de Okkotsu, ¿Acaso el sabía sobre su romance con Satoru Gojo? — No quise incomodarte para nada, es sólo que él me dejó bien claro sus intenciones cuando fue a verme en África. Perdón si te ofendí sin querer Itadori.
— No, está bien — bebió el último sorbo de su agua — Okkotsu puedo saber... ¿Cuáles fueron esas intenciones?
Yuta noto el semblante rosado en sus mejillas que Itadori trataba de disimular mirando para otro lado. Era claro que ambos compartían sentimientos honestos entre ambos, tales que le hacían recordar a su amor por Rika.
— Pues bien, me dijo.
Okkotsu respiro profundo; pronunció detalle por detalle las palabras de su profesor evitando enredarse en el camino, pese a la vergüenza que sentía en su interior.
«Su sonrisa es tan radiante que temo que te enamores de él, pero como no tengo a nadie más. Te confío está tarea especial a ti. Debes cuidar al amor de vida y mi futuro esposo hasta que yo regrese, y por nada del mundo, más que nada le digas lo que yo te estoy diciendo ahora. Me sentiría tan avergonzado si lo escuchará de mí.»
Al finalizar el mensaje, Okkotsu se dió cuenta que no debía decirlo pero ya era demasiado tarde. Yūji se había sonrojado como aquella lirio rosa que representaba la bondad y la ternura de la juventud.
No había duda alguna, el novio de su profesor era muy lindo y el estaba pecando con la mirada al verlo. Si Satoru Gojo estuviera aquí mismo, Yuta hubiera sido historia, pero para suerte del hechicero más fuerte del mundo, su alumno sólo veía a Yūji como su amigo. Después de todo el sentimiento del que fue su primer amor jamás podría olvidarse dentro de la mente de Yuta.
— Rika quiere ver una boda — murmuró la maldición — ¡quiero verla ya!.
— Aún no, Rika-chan — acarició el rostro de su amada — primero debemos reunirlos antes que eso suceda. Luego obtendremos la pedida de mano que tanto ansías ver.
— Rika será paciente, Yuta.
La maldición Rika asintió feliz viendo al pequeño dormir tranquilo bajo la protección de ambos. Nadie se atrevería a perturbar su sueño, no, a menos que desearas enfrentar una muerte asegurada por la espada de Okkotsu.
𝐓𝐡𝐞 𝐄𝐧𝐝.
[𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 𝐫𝐞𝐬𝐮𝐛𝐢𝐫]
★★★
02/01/24.___________________________________________
Aquí Satoru está encerrado en Gokumonkyō, confinado y aburrido con los esqueletos que no saben jugar bien al poker XD.
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★GoYuu★ | pequeños one-shots
Short StoryPequeños one-shots de Goyuu subidos de mi página facebook, que te atraparán al instante. 𝐋𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐧, 𝐜𝐫𝐞́𝐝𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐚 𝐆𝐞𝐠𝐞 𝐀𝐤𝐮𝐭𝐚𝐦𝐢, 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐧𝐠𝐚 𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮 𝐊𝐚�...