Los ojos del escriba se agrandaron al escuchar aquellas palabras, miró al joven frente a él que lucía con una mirada de pocos amigos y que sobre todo, parece no tener la intención de hacer amigos. Era tan diferente a la chica que sonreía felizmente, no se parecían en nada, no entendía cómo es que esos dos eran madre e hijo, pero decidió no juzgar.
Aún así, le pareció bastante curioso.
— ¿Kassachi? ¿En serio? ¿Y que pasa con el otro?— escuchó al joven quejarse mientras se cruzaba de brazos, su voz no era ruda contra la chica era suave pero si algo rebelde.
Agatha sonrió un poco más.
— Me temo que es difícil pronunciar para los extranjeros, por el contrario, Kassachi es bello.
El joven la miró con el ceño fruncido, ante la vista del escriba creía que el joven estaba disgustado con el nombre. Luego vio como "Kassachi" puso los ojos en blanco y miró a otro punto que no fuese su madre.
— Lo que sea.
Agatha regreso su vista al escriba y sonrió de nuevo.
— Estará inscrito en la Facultad de Vahumana.
Alhaitam anoto un par de cosas sobre una de las hojas de registro para rellenar la información del nuevo estudiante. Aunque el joven parecía no tener las ganas de estudiar en ese lugar, al parecer no tendría otra opción que aceptar. Para Alhaitam obligar a alguien a estudiar era una perdida de tiempo ya que si no aprovecharían el estudiar entonces no había caso para inscribirlos.
De todos modos, no era problema suyo, hizo su trabajo para rellenar los papeles de inscripción, levanto su vista para observar a la chica que no había dejado de sonreír.
No hace mucho que la conocía, ella había llegado acompañada del viajero al que Azar siempre estaba al pendiente. Le pareció curioso, pero fue más sorprendente verla acercarse al Gran Sabio con una sonrisa astuta y engañosa, en ese momento Alhaitam se dio cuenta que esa chica es peligrosa y que meterse con ella no sería bueno. A comparación de su compañero de viajes a quién no le costó mucho engañar, ella era más astuta.
Por eso en el momento que ella llegó a su oficina junto al chico a su lado para solicitar la inscripción de Kassachi, se guardo sus dudas sobre lo que ambos harían dentro de la Academia de Sumeru.
A pesar de los planes que los misteriosos viajeros tenían entre manos, durante la estancia de Kassachi dentro de la Academia de Sumeru le pareció de lo más normal, no hacía nada que fuese sospechoso, iba a la biblioteca y estudiaba, asistía a sus clases a la hora exacta aunque terminaba durmiendo, en las comidas se la pasaba solo, hasta hace poco que hizo un nuevo amigo con el que compartía unas cuantas clases.