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El tratar de convencer a los policías, es más difícil y tal vez no esta ni cerca.

—Señor Jang, por favor deténgase y hablamos.

—Se supone que tengo que creer eso, pésimo actor.

—Es verdad, solo tiene que acompañarnos —los policías trataban de que se entrega. Sabiendo que lo que decían era una mentira, y Jang Bonghwan lo huele hasta en la distancia.

—Deténgase.

—Fue el desgraciado de secretario Kim, no.

—De que esta hablando.

Bonghwan reanuda la carrera al notar el despiste de los policías, corriendo asta el pequeño porche, cerrando en segundos la puerta, el forcejeo por entrar, es bastante pesado para los policías, y Bonghwan máquina como deshacerse de ellos.

—Señor Jang Bonghwan, tiene que acompañarnos.

—Ni loco.

Los movimientos bruscos por abrir, terminan con Bonghwan tirado en el suelo y los policías tratado de tomarlo. En un intento desesperado por huir por el barandal del vecino, este casi cae si no fuera por los policías.

—No me sueltes.

—Hago lo que puedo. —el pobre detective lo sostiene como puede, vamos el es un hombre bajo y con más panza que músculo, a la par del cocinero es más que absurdo que lo pueda sostener con más fuerza y el otro policía es igual.

Jang Bonghwan, trata de forma desesperada ganar tiempo, que empieza a fastidiar a los hombres con la comida de la prisión.

—¿A quien le importa? —el hombre fastidiado grita.

—¡A mi! Aun en el borde de la muerte me interesa más la comida.

—¡Cree que es un restaurante de la autopista! —vamos, están a veinte o más, metros sobre el suelo colgando de un barandal.

Ninguno se esperaba que el cayera, la prenda se deslizó de sus manos, sin poderlo detener, Bonghwan callo.

El viento soplando suavemente en su rostro y el impacto contra el agua, es lo último que Jang Bonghwan siente en medio de la piscina, más el golpe que se sintió en su cabeza al tocar con el suelo lo deja inconsciente.

No quiero morir; Dejando como último pensamiento.

.....

El ambiente frío y la superficie dura, hacían que su cuerpo se endurezca más, no sabe donde esta y su cuerpo pesa, quiere moverse pero algo se lo impide, con esfuerzo logra mover unos centímetros su mano, comprobando si sigue vivo.

Si no estuvieran con un dolor del cual preferiría estar muerto ya se hubiera festejado su prueba positiva, el olor a tierra lo siente más fuerte de lo normal, lo cual se le hace extraño; lo último que recuerda es caer a la piscina por lo tanto tiene que estar en una camilla con olor a medicamentos y desinfectante por todos lados, ese pensamiento le saca cualquier dolor de su cuerpo despertando enseguida.

Cuando siente algo pesado un su pierna, dirige la vista asta la superficie que se a quedado inmóvil al momento de su despertar.

El observa la mano posada en su pierna asta llegar a un rostro irreconocible para el, hace varias repeticiones de la mano asta el rostro del otro, una más y es cuando cae en cuenta, el otro hombre lo ve cono si hubiera visto un muerto, y cuando menos se lo esperan ambos gritan alejándose del otro en cuestión de segundos sin dejar de hacer escándalo llamado la atención de los demás, que pronto se acercan.

—¡¿Qué sucede aquí?! —pregunta alguien al cual Bonghwan no le presta atención por seguir gritando.

—¡AAAAAAAHHH! —el se levanta como puede y el otro que se acercó grita espantado tratando de alejarse de él. —¡Ayúdame!, este pervertido me quería hacer algo.

Bonghwan lo toma de la ropa, acercandolo de golpe el es pegado a los barrotes que le impiden que entre, el chico lo ve asustado y si no fuera por el momento, estaría dispuesto a apostar que podría desmayarse en cualquier momento.

—¡Sácame de aquí!.

—¡Capitán Hong! ¡Capitán Hong! ¡¡Ayuda!!!! —el chico está espantado tratando de soltarse del otro.

El que hace unos momentos estaba cerca de Bonghwan, se encontraba en la esquina del pequeño espacio tapándose el rostro con el pasto seco que había por todo el lugar, arrodillado rezando.

—¡Primero tu ayúdame!!!! —Bonghwan lo vuelve a jalar con fuerza acercandolo una ves más a los barrotes.

Todo movimiento es detenido, excepto por Bonghwan que sigue insistiendo que lo ayuden. El chico está pálido cuando lo jalan hacia atrás, este se aferra al otro, la molestia de Bonghwan queda en el olvido, cuando pone atención a su alrededor, y por fin desde que se levantó nota que todos están vestidos con ropa antigua, su único pensamiento es que esta loco, para desmayarse después.

—¡Ayuda! —grita alterado el chico que hace poco estaba siendo casi ahorcado. —¡Capitán Hong!

—Oye, te volviste a dormí, prisionero levántate.

—Capitán no creo que eso funcione —habla por primera ves el hombre que esta con el otro chico.

Este deja al muchacho para acercarse, ellos abren la reja para entrar el otro prisionero esta en la esquina tratándose de hacer diminuto.

—Ay que llevarlo con el medico, esta prendido en calentura —dice al inspeccionarlo.

Con fuerza lo levanta sacándole de allí, el otro cierra la celda antes de seguirlos pone en orden a los demás para seguir su camino junto con el otro chico.

Más tarde encuentran en el consultorio del médico, el médico es un hombre de mediana estatura al igual que el comandante, como el otro chico siendo el más alto el que cargo a Bonghwan, el médico está rebisandandolo el busca la forma de bajarle la calentura.

—Realmente es grabe — pregunta el más joven, viendo algo asustado al hombre en la cama. —Creí que moriría a manos de este rufián.

—Tu morías en sus manos, no a manos de el, tenías la cara como una hoja en blanco —se burla el capitán. —O ¿no?, mi príncipe Yeongpyeong.

El muchacho alto solo sonríe con sorna al comentario del mayor.

—Creo que nunca lo había visto tan asustando —sigue la burla al menor.

—Jmmm, ¿Cómo puedes seguirlo?, se supone que eres el más sensato entre los tres —este sigue sonriente apesar del regaño. —¿Cómo cuando despertara?.

—Bueno eso es inseguro —dice el doctor —si mis cálculos no me fallan será en unas horas. Si la calentura baja.

Justo cuando termina de hablar alguien entra a la habitación.

—Mi Rey —el doctor rápidamente se inclina ante el al igual que los demás.

—Oh, ¡Mi Rey! ¿Qué le trae por aquí? —el capitán Hong se acerca con familiaridad al hombre vestido de ropas rojas.

—Me han dicho que el prisionero del lago ha despertado —el hombre de postura recta se acerca más al grupo. —¿Cómo se encuentra?.

—Bueno... vera —el doctor empieza a responder las dudas a todos. Olvidándose por completo del hombre que dormía en la cama cercana, mientras ellos discutían lo que harían, el se estira detrás de las cortinas.

.....
Este es el primer capítulo, la verdad me quedé con ganas de más, yo se que muy en el fondo todos sabemos que el rey se enamoro de Bonghwan por ser el mismo y no actuar como la reina. Y para llenar ese vacío escribo esto.

Según mi pensamiento es no llenarla de mucho relleno pero ya veremos según el tiempo.

El Rey Y El Cocinero: El Rescate Del Trono || [Mr. Queen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora